fbpx

(Nota: puede haber clichés en mi artículo, pero creo sinceramente en lo que escribo porque lo he vivido)

A los 18 años me dieron mi primer trabajo. Me contrataron en el Liceo de Monterrey como preceptor, y mis responsabilidades consistían en hablar con niños de secundaria dos veces por mes y ayudarlos a ser mejores estudiantes, amigos e hijos. Después hice lo mismo con chavos de preparatoria, luego con estudiantes de carrera y ahora -al menos una vez por semana- me veo con profesionistas que se sienten perdidos o que quieren sacarle más provecho a sus talentos.

Aunque mi trabajo de planta consiste en ayudarle a líderes de negocio a comunicar temas estratégicos de forma oral, nunca he dejado de interesarme ni de trabajar para que otros se conozcan mejor, se comuniquen mejor y lleven una vida profesionalmente más plena. Este verano cumpliré trece años de hacerlo y a lo largo del camino he aprendido cosas básicas sobre el tema. De eso se trata este post.

Primer aprendizaje: a TODOS nos gusta hacer -MÍNIMO- una cosa

A algunos vender, a otros resolver problemas, a otros ayudar a las personas, a otros la logística, a otros el servicio al cliente, etc.

A algunos se nos facilita saber qué cosas nos gustan -por ejemplo, yo sé que me gusta escribir desde primaria-, y otros se tardan un poco más, quizá porque nunca se han puesto mucha atención, o porque creen que disfrutar una actividad es incompatible con trabajar, o porque son demasiado pesimistas.

Pero a todos nos gusta hacer algo. No existe alguien sin una preferencia por algún tipo de actividad profesional.

Segundo aprendizaje: TODOS somos buenos en -MÍNIMO- algo

La semana pasada me buscó una persona de 37 años para que le ayudara a redactar su CV.

-¿Para qué eres bueno?
-Mmm, no se me ocurre algo concreto.

Pude haberle dicho: no pues ni modo, qué mala onda por ti. Pero no acepto esas respuestas:

-¿Qué cosas te han dicho tus compañeros de trabajo que haces bien?
-Me dicen que soy bueno para entender sistemas complejos y hacerle ajustes, pero yo no lo veo.
-¿Algo más?
-Mmm… hace poco se quedó vacante la posición que ocupaba mi jefe y mis compañeros me dijeron que me lanzara yo, que ellos me apoyarían.
-¿O sea que eres buen líder? ¿que los demás confían en ti?
-No sé.

Su problema era no aceptar que sí era bueno en algunas tareas, no sé si por humildad, por distracción o por algo más.

Tercer aprendizaje: TODOS queremos ser plenos y felices en nuestro trabajo… y (casi) todos podemos hacer cambios de profesión

El problema es que son muy pocos los que se creen capaces de hacer estos saltos de carrera. Sienten que es demasiado tarde -me lo han dicho personas de todos los rangos de edad entre los 18 y los 40 años- para ponerle atención a la combinación de sus pasiones y sus habilidades, y deciden seguir siendo zombis por el resto de sus vidas.

Entiendo esta postura: tengo un hijo de seis meses y si eventualmente tengo más hijos, pagar colegiaturas, ropa y una casa donde quepamos mi esposa y ellos requiere un ingreso fijo elevado.

Entonces, aunque creo que NUNCA es tarde para replantearte un cambio de carrera, con el paso del tiempo y el aumento de responsabilidades familiares puede dificultarse la libertad y la creatividad necesaria para repensar tu profesión u ocupación.

Pregunta a tu alrededor -y a ti mismo-: ¿te dedicas a lo que estudiaste en tu carrera? Mi respuesta personal es ‘no’, y puedo decir lo mismo de casi la mitad de las personas que conozco.

El mundo se ha vuelto un lugar rarísimo donde personas hacen dinero de formas nuevas.

  • ¿No te quieres dedicar a las finanzas? Hazle como una amiga: salte de American Express y pon tu consultoría en recursos humanos.
  • ¿No te gusta el derecho? Pon tu restaurante.
  • ¿No quieres dedicarte a la química? Haz un MBA y luego éntrale a dirigir un startup.

Cuarto aprendizaje: TODOS podemos conocernos, pero ese proceso lleva años y no es una tarea fácil

Lo ideal es descifrar qué onda contigo en tus años veinte. Dudo que puedas hacerlo antes y después podría ser demasiado tarde, dependiendo del nicho al que te gustaría enfocarte -pienso en áreas muy especializadas, como medicina, derecho o gimnasta olímpico (?)-.

Aprovecha tus años en la universidad y tus primeros años de graduado para elegir trabajos que según tú disfrutarías para darte tiempo de decidir si sí podrías dedicarte a eso.

Yo inicié mi búsqueda personal por conocerme a los 16 años y hasta los 27 encontré algo que me gustaba hacer, para lo que soy bueno y donde hay oportunidad de resolver problemas (es decir, de hacer dinero).

En el camino, intenté litigar en el 2010 porque creí que lo iba a disfrutar. Pero no lo disfruté. Luego trabajé como abogado corporativo porque creí que lo iba a disfrutar. Pero no lo disfruté.

Hoy estoy enamorado de mi trabajo en Astrolab, y sigo buscando cómo más crecer y desarrollar todo lo que me gusta hacer.

 

Andrés Oliveros

CoFounder de Astrolab

Abrir chat
1
Hola,
¿en qué podemos ayudarte?