¿Alguna vez te has sentido discriminadx o humilladx por tu tamaño o forma de cuerpo? ¿O tal vez has juzgado o criticado a alguien por ello? Hemos crecido con muchísimas creencias alrededor del cuerpo, pensamos que uno elige el cuerpo en el que vive, que por medio de la alimentación o el ejercicio podemos moldearlo a nuestro gusto y ¿adivina qué? No es así
A lo largo de la historia se ha luchado por el respeto a las personas, respeto al género femenino, preferencia sexual, color de piel, religión, cultura, idioma, etc. El racismo es la lucha por los derechos de las personas de piel negra, el feminismo la lucha por los derechos de la mujer, y así la gordofobia es la lucha por los derechos y trato digno a las personas con cuerpos grandes. ¿Qué tan importante es esta lucha? Te cuento. Las personas gordas (nótese que la palabra gorda no es un insulto, es un adjetivo) han escuchado frases toda su vida como “tu cara es bonita, pero si tan solo estuvieras más flacx”, “¿bajaste de peso? Qué bien te ves”, “con ese cuerpo nadie te va a querer”, “a ti lo que te falta es cuidarte”, “¿te vas a comer todo eso?”, “baja de peso, te lo digo por tu salud”. Todo eso, queridx lectorx, es gordofobia. Creer que una persona es más o menos por su tamaño de cuerpo, creer que una persona ya está enferma por tener un cuerpo grande, creer que una persona se ve bien sólo si está delgada, suponer que una persona gorda no se cuida… ES GORDOFOBIA.
Te quiero contar la historia de Mariana, una paciente que llegó a mi consulta hace unos meses por problemas de autoestima y un historial de humillación por su cuerpo tremendo. Ella tiene un cuerpo grande y cree que por tenerlo ha merecido todos esos comentarios despectivos como “cámbiate ese vestido, a tu tipo de cuerpo no se le ve bien”, “el día que bajes de peso vas a conseguir pareja”, “a ti lo que te falta es comer menos”.
Ella lleva más de 30 años luchando por cambiar un cuerpo que, desde que tiene memoria, ha sido grande. Hace ejercicio moderado, su alimentación es variada, sus estudios de laboratorio salen dentro de rangos, hemos practicado maneras de balancear su nivel de estrés, en general, es una persona sana. Su único problema es que le hicieron creer que su cuerpo no es válido y que tiene que luchar toda la vida por cambiarlo. Ha dejado de salir, de divertirse, de viajar, de relacionarse con personas… ha dejado de vivir la vida que se merece porque cree que no debería hacerlo hasta que baje de peso. ¿Te suena lógico? Pues al parecer a la sociedad sí. (Video de apoyo: “The Fat Joke”).
Un cuerpo grande y su salud.
Probablemente te estás preguntando, ¿y la salud de estas personas qué? Y yo te respondo: ¿de verdad creemos que podemos saber sobre la salud de una persona sólo con verla? Además, aunque una persona estuviera enferma nada te da el derecho de tratarla mal o discriminarla. Nadie te debe salud.
No hay enfermedad alguna que sea propia de un cuerpo gordo. La diabetes, la hipertensión, las dislipidemias existen también en cuerpos delgados. Algunas personas dirán que las personas gordas son más propensas o tienen mayor riesgo a padecerlas y para esto me gustaría darte otro dato: las personas de piel blanca son más propensas a tener cáncer de piel. ¿Podrías ver a una persona de piel blanca, discriminarla y llamarla enferma? ¿Se te hace justo que una persona de piel blanca escuche en cada cena familiar que cómo sigue con ese color de piel sí se va a enfermar? ¡No! Tener piel blanca NO da por hecho que te va a dar cáncer de piel, nacer con piel blanca NO es una enfermedad. Tener un cuerpo gordo tampoco.
Las enfermedades dependen totalmente de los hábitos de una persona, no de su tamaño o forma de cuerpo. Las consultas nutricionales deberían de tratarse sobre qué puede el/la profesional agregar o aportar a tu vida que te vaya a dar beneficio, y no sobre qué más en tu vida quitarte. (Video de apoyo: Ted Talk “Why Diets Usually Don’t Work”).
¿Cómo saber si tengo gordofobia?
El primer paso es entender el daño que esta discriminación ocasiona. A lo largo de los años la sociedad se ha ido convirtiendo en gordofóbica por los ideales de belleza que ahora existen, pero es de sabios recapacitar y cambiar. Frases como “me cae gordo” o “es bien pesado” deben desaparecer. Si la palabra “gordo” la cambiamos por “delgado”, ¿hace sentido? “Me cae delgado” ¡No! Es porque la sociedad envuelta en gordofobia secuestró la palabra “gordo” y la convirtió en un insulto.
Ahora bien, quisiera compartirte algunas situaciones que se han normalizado pero que son parte de esta cultura gordofóbica. Hagamos conciencia y pongamos nuestro granito de arena evitándolos:
- Felicitar a alguien si bajó de peso: se le está diciendo que bajar de peso es un logro, y que si sube de nuevo es un fracaso… ¿Cómo podemos saber si lo hizo de manera saludable o se obsesionó con la comida “sana” o el ejercicio?
- Asumir que todo el mundo quiere bajar de peso: hay mucha gente que está a gusto en su cuerpo, aunque a ti no te guste.
- Comentar / criticar el cuerpo de alguien más.
- Creer que una persona delgada es más feliz que una persona gorda.
- Creer que la mayoría de los problemas de una persona gorda son por su peso.
- Usar la palabra “gordx” como un insulto.
- Creer que una persona gorda se “dejó caer”.
- Pensar que una persona gorda no hace ejercicio, come demasiado o tiene problemas psicológicos.
Y la lista puede ser eterna. Así como hay gente que come de todo y no sube de peso por nada del mundo, así también hay personas que tienen excelentes hábitos y no van a bajar de peso. Dejemos de creer que todo está en los hábitos, hay muchos factores genéticos, hormonales, estresores, etc. implicados.
¿Cómo luchar contra la gordofobia?
La lucha contra la gordofobia se puede ver de mil maneras, todas son válidas siempre y cuando cumplan con el objetivo de erradicar la discriminación y conseguir un trato digno a las personas con cuerpos grandes. Aquí te comparto algunas ideas:
1. Deja de hablar de dietas:
Hablar de dietas es contribuir a esta mentalidad obsesionada con bajar de peso. Cada vez que uno habla de “estas papas engordan” o “mira, esto tiene menos calorías, mejor voy a pedir eso” o “cuánto ha subido de peso X”, no sólo afecta a personas de cuerpos grandes, no sabemos quién está en la mesa con un desorden alimenticio. La gente delgada también puede tener problemas con su cuerpo o la comida, y hablar de dietas puede ser un detonante.
2. No comentar sobre los cuerpos de los demás:
Aunque creemos que es un comentario inocente, para muchos puede significar que vivir en un cuerpo grande es inválido. Un comentario como “¿perdiste peso?” puede entenderse como “wow, te ves increíble ahora”.
3. Evitar los comentarios de salud si nadie nos preguntó:
Hablar sobre salud solamente con ver el cuerpo de alguien es asumir que la enfermedad viene por su cuerpo, y como lo hablamos anteriormente, no es así la mayoría de las veces. Hay personas de cuerpos grandes con salud impecable y personas de cuerpos delgados enfermas. Además, no le estarás diciendo nada nuevo a esa persona, desafortunadamente no eres el / la única que le habla de esos temas.
4. Ayúdanos a ser la voz de los que no pueden luchar.
Si estás en una comida y alguien empieza a hablar de otros cuerpos, menciona que te es incómodo, normalicemos detener esos temas. Hay tantos temas tan bonitos en la vida de qué hablar, las dietas y los cuerpos de los demás no es uno.
5. Respeta tu cuerpo y el de los demás.
Hemos estado hablando mucho sobre el cuerpo de alguien más. Pero hablemos ahora del tuyo. Verte al espejo y criticarte, pellizcarte las lonjas, decirte palabras fuertes, etc. también es gordofobia. Te invito a empezar a respetar tu propio cuerpo para que te sea más fácil respetar el de los demás. Recuerda que nadie que esté en paz con su propio cuerpo critica el de alguien más.
Gracias por leerme una vez más, espero que lo hayas disfrutado tanto como yo disfruté escribirlo. Esto es sólo una pequeña parte de todo lo que me gustaría compartirles sobre la gordofobia, si quieren saber más o tienen dudas les dejo mis medios de contacto:
Instagram: @danielacantu.nutricion
Pagina web: danielacantunutricion.com
Correo: danielacantum@gmail.com
Semblanza: La Lic. Daniela Cantú es egresada del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey de la carrera Lic. En Nutrición y Bienestar Integral. Tiene estudios en Psicología de la salud, Trastornos de la Conducta Alimentaria, Psicología Positiva y Alimentación Intuitiva. Actualmente consulta de manera presencial y en línea y ayuda a sus pacientes a mejorar su relación con la comida, con su peso y a llevar una nutrición balanceada en aspectos físicos y emocionales. Asimismo, utiliza herramientas para aumentar la autoestima, escuchar las señales de hambre y saciedad y enseña a sus pacientes a comer saludable por medio de la alimentación intuitiva.
Creo que tengo gordofobia!, Me la paso diciendo a mis hijos en como ir teniendo mejores hábitos y lo único que he logrado es que odien las verduras. Ya me cansé que sea un tema de todos los días los beneficios de tener una buena alimentación y he decidido que no va a pesar más sus hábitos alimenticios que mi relación con ellos, estoy empezando de nuevo pero ahora sólo en predicar con el ejemplo.
Gracias por el post pues de verdad me abrió los ojos en ser más consciente de como nos desgastamos en querer tener buenos hábitos cuando detrás esta el querer que estemos delgados.
Elsa, gracias por la confianza de escribirnos. Yo creo que como tú, estamos varias mamás o papás detrás de los hijos y a veces hasta nos proyectamos. Prediquemos con el ejemplo, esta es la mejor manera definitivamente.
Te mandamos un fuerte abrazo a ti y a tu familia.