Sabemos que a cualquiera se le puede juntar el desorden en ciertas áreas del hogar, sobre todo en las habitaciones. Pero mantener la casa limpia y ordenada es un ejercicio para poner en práctica virtudes que serán estandarte para toda la vida. Hacer de esta actividad un momento entretenido para los pequeños es darles una lección de educación, urbanidad y valores.
- Ten paciencia. El primer paso es decidirse y darse el tiempo, el segundo es hablar con los pequeños sobre la importancia de cumplir lo que se proponen, como ordenar la recámara.
- Organiza por colores, texturas, frecuencia de uso o cualquier forma que creas conveniente, de acuerdo al estilo y ritmo de vida que lleven como familia.
- Recopila y dona lo que ya no necesitan y está en buen estado, para el beneficio de quienes más lo necesitan. Esto también ayudará a que los hijos valoren los bienes materiales que poseen.
- Asigna un lugar para cada cosa, algunas no se utilizan con frecuencia y pueden ocupar espacios útiles para las que forman parte del día a día.
- Compartan consejos entre la familia para ver qué manera es la más adecuada para ordenar y limpiar las recámaras. Todos tenemos un hermano con habilidad para ordenar y otro para medir el espacio libre en el cuarto, la perspectiva de cada uno creará estrategias de limpia y acomodo.
- En el caso de los hogares con niños, es primordial que juguetes, útiles escolares y demás no estorben y que lo necesario y apto para ellos esté al alcance de su mano.
- Hacer una lista u anotar las reglas del orden y la limpieza también hará que ello se convierta en un hábito y costumbre, lo que causará que cueste más trabajo y que sea más satisfactorio mantenerlo de esa manera.
- Papá, mamá y hermanos mayores pongan el ejemplo con sus recámaras, no sólo con las áreas de uso común en la casa. Desde la cocina, hasta cada cuarto, el orden y la limpieza pueden reinar en cada espacio.
- Ser ordenados nos encamina a la disciplina y simplifica la vida, nos mantiene tranquilos, evita conflictos y disminuye los niveles de estrés. Aumenta la productividad ordenando y limpiando la casa en familia.
- Tener orden es sinónimo de armonía, se ahorra tiempo porque cada cosa tiene su lugar y se mantienen en buen estado, dando el uso debido. A su vez, facilita que haya sana convivencia y se respeten las pertenencias de cada integrante de la familia.