Se dice que somos lo que comemos y los alimentos que consumimos afectan de manera considerable nuestro estado de ánimo.
Para entenderlo mejor, hay dos hormonas que nos hacen sentir felices, la dopamina y la serotonina, las cuales son secretadas en el cerebro y se procesan en el resto del cuerpo, en respuesta a lo que consumimos y al ritmo de vida que llevamos. También influyen los niveles de estrés y nuestros hábitos de sueño.
Estudios demuestran que los alimentos altos en azúcar son muy adictivos, tal como una droga, porque al comerlos activan la secreción de dopamina en el cerebro.
Y lo peor del caso es que la industria alimentaria aprovecha este fenómeno para beneficio de sus ventas, generando productos procesados y con alto contenido en azúcares.
Ningún miembro de la familia está exento de caer en la tentación de comer azúcar en grandes cantidades. Y los niños no son los únicos a los que les encanta el azúcar, los adultos suelen consumir sodas, dulces, panes, postres y galletas, sin tomar en cuenta que el azúcar causa problemas de inflamación celular profunda y crónica.
Los lácteos y el chocolate también nos vuelven “adictos” porque despiertan la dopamina en el cerebro y también causan inflamación crónica.
No es que los alimentos azucarados o dulces sean “malos”, sino que debemos evitar comerlos cuando estamos bajo mucho estrés, cansancio y sintamos ansiedad. Esto también aplica para los lácteos, chocolates o carbohidratos refinados.
La alimentación sana es clave para que cada integrante de la familia esté saludable y nutrido, por ello en lugar de “satisfacer” al cuerpo liberando dopamina con comida chatarra, es mejor optar por alimentos naturales, que también pueden activar las hormonas que nos hacen sentir felicidad y satisfacción.
Algunos alimentos naturales que son adecuados para la buena alimentación de chicos y grandes son las grasas buenas, con alto contenido de omega 3, las cuales se encuentran en el aguacate, linaza, aceite de oliva extra virgen y el salmón.
También las proteínas magras que contienen aminoácidos como tirosina y triptófano, que son activadores del metabolismo y antidepresivos. Así como vegetales verdes que son ricos en vitaminas del complejo B, que nutren profundamente el sistema nervioso.
Activando la dopamina
Además de comer sanamente, hay otras actividades que podemos realizar en familia, las cuales despertarán la dopamina en nuestros organismos. Algunas de esas son realizar ejercicio, reunirnos con seres queridos, hacer oración, darnos el tiempo para meditar, así como tener actividad sexual con la pareja.
A la hora de los antojos –sobre todo por las tardes– se recomienda optar por una fruta baja en azúcar, como fresa, pera, guayaba y melón. Y si tienes mucha hambre, puedes agregar un poco de yogurt natural alto en proteína –como el griego– y una cucharadita de linaza.
Si se te antoja algo salado, la opción ideal son las almendras, nueces o pepitas verdes. O bien, prepara rollitos con tortilla de jícama rellenos con pepino, zanahoria y un poco de chile para acompañar, sin azúcar.
Otro snack que también puedes darle a los pequeños son palitos de vegetales con ¼ de taza de hummus o una tostada con aguacate y un rollito de jamón de pavo o de pierna.