Debido la pandemia, el hogar se convirtió el espacio en el que convergen la vida personal, profesional, académica y recreativa, lo que dio pie a consecuencias, conflictos y situaciones que pueden ser una oportunidad para mejorar, aquí te decimos ideas para lograrlo.
Los cambios cuestan, sí, son difíciles, algunas veces más llevaderos, pero siempre traen consigo cierta resistencia para poder afrontar lo que se tiene frente a nosotros. Con mayor razón si se toma en cuenta que las decisiones que tomamos tras el cambio, también influyen en quienes tenemos a nuestro alrededor (familia, amigos, colegas).
La pandemia ha sido uno de los cambios históricos que mayor resistencia y aprendizaje nos están dejando, a todos. Gran parte del cambio de esta pandemia proviene de que el hogar se convirtió en el espacio en el que compartimos nuestra individualidad, privacidad y, en una palabra, nuestro tiempo completo.
Ya no existe esa área de trabajo que teníamos fuera de casa, ya no acudimos a la escuela para las clases, ya no salimos, no abandonamos esa zona de confort para enfrentar el día a día. La familia está en todo momento junto a nosotros y se convirtió en un testigo de todo lo que hacemos, en todas las facetas de nuestra vida.
Estábamos acostumbrados a llegar a casa y compartir nuestra experiencia en el trabajo, en la escuela, en los hobbies que tenemos y las actividades que hacemos y nos nutren como seres humanos. Hoy, esas actividades se terminaron y el resto se modificó para hacerlo desde la pantalla de una computadora o de un dispositivo móvil.
Por lo que se perdió esa acción de salir a hacer deberes, gustos y placeres de la vida, se perdió esa chispa de querer compartir lo que no se vive en casa, lo que nos hace ser individuales y que nos gusta comunicarle a los seres queridos para complementar la relación que nos une.
En una frase: somos familias de tiempo completo, en todas las facetas y en todo momento. No es algo negativo y gran parte de los factores por los que vivimos confinamientos o encierros voluntarios es por seguridad, respeto, salud, empatía y solidaridad. Por eso tenemos que aprender a ver esto como una oportunidad y no como una crisis.
Una prueba, sí, de ver que aunque el espacio seguro y esa zona de confort, confianza y transparencia (como lo es nuestro hogar) se convirtió en el espacio en el que hacemos todo y estamos juntos todo el tiempo. Tratemos de verlo como una prueba de que aunque se hayan “invadido” esas facetas ajenas a las de la familia y/o la individualidad podemos seguir teniendo convivencia fructífera, tendremos conflictos y diferencias con mayor frecuencia porque para todos se perdió esa “individualidad” y cambiaron o se suspendieron las actividades alternativas a las del hogar, pero también tenemos más oportunidad de estar juntos.
¿Cuántas veces no pensabas en la oficina que quisieras que terminara el día para llegar a casa a ver a tus seres queridos? ¿Cuántas veces te vencía el cansancio o el estrés y lo único que deseabas era estar tranquilo en tu zona de confort? Hoy lo tenemos “a la mano”, en cualquier segundo.
Aprovechemos que no tenemos que desplazarnos o perder el tiempo para poder llegar con quienes más amamos.
Como señaló Juan Manuel García, de La Vanguardia, “la pandemia del coronavirus nos sitúa ante una experiencia inédita tanto a nivel colectivo como individual. El confinamiento implica que muchos de nosotros nos encontramos de repente ante la perspectiva de pasar el próximo mes en un espacio limitado y cerrado, acompañados únicamente de nuestro núcleo familiar más próximo. La mayoría no contamos con referentes reales que nos sirvan para saber cómo comportarnos en este tipo circunstancias, lo que aumenta la incertidumbre que ocasiona esta crisis”.
García, que escribe sobre Bienestar Emocional en dicho medio, también indicó que de las primeras noticias que llegaron con la pandemia en 2020 fueron “sobre las consecuencias del confinamiento masivo en China –un país que ya está en proceso de recuperación de la crisis–, no son halagüeñas para las parejas: en algunas ciudades se ha registrado un récord de demandas de divorcio debido al aislamiento forzado por el coronavirus”.
Y es que así como aumentó el número de personas que optó por entrar en aplicaciones de dating como Bumble, también lo hizo la cantidad de parejas que decidieron separarse a raíz de la pandemia que aún sigue.
En el caso de los matrimonios de todo el mundo, muchos vivieron crisis que pudieron superar, otros eligieron acudir a terapia en línea, pero también varios se inclinaron a una separación definitiva.
No es fácil estar como pareja y familia de tiempo completo, pero también es cierto que es aquí cuanto más se comprueba que la decisión de querer estar con alguien para toda la vida, en las buenas, las malas y las peores, es una decisión que debe tomarse con conciencia y seguridad.
Para el mundo entero la pandemia es algo histórico, algo que no imaginábamos y si lo llegamos a hacer, nunca será lo mismo que vivirlo. Por ese motivo debemos de caminar juntos este proceso que cada vez más tiene soluciones como la vacunación mundial. Debemos de vernos como aliados en esta prueba y no como contrincantes. Somos familia y equipo de tiempo completo.
Tranquilos, sí se puede
No hay que ver esto de forma fatalista, sino esperanzadora, porque aunque la prueba nos tomó desprevenidos, a todos en el planeta, también podemos verlo como un antes y un después para la familia. Para crecer, madurar, mejorar y ver la vida de una manera menos superficial.
Tengas o no pareja –o hijos–, te recomendamos los siguientes consejos para sobrellevar las consecuencias de la pandemia, el confinamiento, el aislamiento y los múltiples factores derivados de esta situación:
- Escuchar, escuchar y escuchar
- Decir las cosas positivas y negativas de una forma proactiva y respetuosa
- Empatía y solidaridad
- Planear y ordenar
- Conectar con los padres, la pareja y los hijos (si los hay)
- Ver los beneficios de este cambio
- Reconocer errores y evitar prejuicios
- Ayudar a quien lo necesita en el hogar
- Acompañar en los momentos de risas y los de llanto
- Buscar ayuda profesional (en caso de ser requerido)