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La unión familiar hace la fuerza y puede contra lo que sea. El amor que se forma entre una pareja y que se consolida con la llegada de su descendencia, es clave para vencer los obstáculos que enfrenten todos y cada uno de los integrantes de una comunidad llamada familia.

Uno de los obstáculos más comunes en las familias de la sociedad actual es el bullying, el cual se puede presentar en el ámbito escolar, laboral y hasta en el mismo hogar. De hecho, en México, el también llamado acoso escolar es una de las situaciones que más alarman a los papás, maestros y a la sociedad.

Es una panorama delicado, pero prevenible si se trabaja desde casa y en conjunto, pensando siempre en el bien común. ¿Cómo es posible evitarlo? Es una situación delicada, pero cuando se tiene a un hijo que molesta, agrede y ofende a un hermano, amigo o compañero, el primer paso que deben dar los padres es enfrentar y aceptar la realidad: la familia tiene un reto que sobrellevar. Reconocerlo dará pie a la búsqueda de soluciones que se pueden poner en marcha para detener este fenómeno que cada vez crece y altera el bienestar de más familias.

Expertos aconsejan que los padres pidan ayuda tanto para el niño o adolescente como para ellos mismos. Los problemas que enfrenta un miembro de la familia les competen a todos por igual, pues papás y hermanos son el mejor soporte para sobrellevarlo.

Ángel Martorell, presidente de Amco International Education Services, considera que es importante elegir para los hijos una escuela que tenga un modelo pedagógico centrado en el desarrollo integral, para fomentar un ambiente favorable en el salón de clases, lo que ayudará a que cada vez haya menos bullies.

Si tu hijo es el bully o suele tener comportamiento que se considere agresivo, Martorell señala que los padres deben establecer canales de comunicación adecuados con la escuela para tener un plan a seguir en conjunto.

Una vez que se confirme que su conducta es de bullying u hostigamiento (y no una necesidad emocional de atención), déjale claro al niño o joven las consecuencias de sus actos, de manera firme y consistente.

En entrevista con Aventura Familiar, la psicóloga Alexis Chapa Armenta, especialista en Trastornos del Neurodesarrollo, dice que ante una situación tan difícil como la que enfrentan los padres de un hijo con dicho tipo de actitud, éstos deben prestar atención a qué está causando la frustración, ansiedad, enojo, inseguridad y/o miedo del niño, de manera que se siente mejor al molestar a los compañeros de la escuela.

Sobre todo porque “el niño muchas veces no conoce o no identifica el grado o nivel del daño que está ocasionando”, dice Chapa Armenta.

Háblale de la empatía y del respeto hacia los otros, y explícale que no todos los humanos son iguales (gran parte del bullying se origina por aspectos físicos).

Inculca el role play y enséñale a ponerse en los zapatos del otro para que sea solidario y compasivo. Dale retroalimentación positiva y busca ayuda profesional para que el cambio sea integral.

También es importante tomar en cuenta que los niños que son bullies también son víctimas y por ello se desquitan con sus hermanos o compañeros de la escuela.

 

Claridad entre padres e hijos

 

¿Cómo reconocer a un hijo con una actitud que agrede? Aunque cada caso es diferente, el perfil promedio de un niño acosador es de un niño impulsivo, que le cuesta controlar emociones como la ira –no necesariamente es violento o agresivo–, tiene poca tolerancia a fracasar y se expresa con desprecio de sus compañeros de la escuela. También puede disfrutar al insultar a otros niños o jóvenes y es poco solidario.

Chapa Armenta indica que “en un inicio puede ser difícil saber identificar a un niño bully de un niño al que le gusta jugar con sus compañeros. Este tipo de conductas se manifiestan más fácilmente en la escuela. Es importante que los maestros estén capacitados y siempre están atentos al comportamiento de los alumnos dentro y fuera del salón de clases”. 

Por lo general, el niño que hace bullying tiende mostrar comportamientos agresivos ya sea de manera directa o indirecta, “como por ejemplo: hacer bromas pesadas, presente conductas de discriminación a sus compañeros, los golpee y falte al respeto, se burla, o incluso haga rumores de esa persona, lo excluyen del círculo de amigos, no lo dejan participar en actividades, entre otros”, comenta la psicóloga Alexis. 

Lo importante es saber como papás que todo se puede enfrentar y que el amor siempre será más fuerte, pues se nutre de valores y virtudes.

Y una vez que se afrontó el problema como familia, se debe seguir un proceso de comunicación clara y efectiva entre los padres y los maestros, junto con el resto de papás del salón de clases, “para prevenir más casos de bullying en un futuro y fomentar el respeto hacia los demás”, dice Chapa Armenta.

“Es importante que el niño que tiene un comportamiento de este tipo se haga responsable de las consecuencias que sus conductas manifestaron, de igual manera, maestros y padres de familia deben de mantenerse alerta de cualquier cambio de conducta que pueda seguir manifestando el menor y no deben tener miedo a acudir con un psicólogo especialista en estos temas, ya que se pueden prevenir muchas conductas negativas (agresión, vandalismo y en los peores casos, homicidio o suicidio) tanto del niño bully y del niño que es agredido”. 

 

El bien del otro

 

La crianza y la educación de los hijos es un reto para cualquier padre. Sobre todo cuando los hijos son tiranos, berrinchudos o tienen problemas de conducta y comportamiento.

Aunque no hay un manual y cada hijo es diferente, como papá puedes poner en práctica ciertas acciones para evitar que tu hijo se pueda convertir en un bully.

Entre ellas están evitar castigos corporales, pues éste aumenta la posibilidad de que el niño se vuelva irritable y agresivo.

Enséñale a ser empático y demuéstrale que la competencia puede ser sana y es una oportunidad para mejorar y no cometer los mismos errores, ponle el ejemplo y practica la caridad y solidaridad frente a él.

Y háblale del respeto y la compasión por los demás.

 

Desde el hogar

 

El comportamiento complejo y complicado de un niño no es exclusivo del área escolar, ya que puede dar inicio desde casa, con sus hermanos.

De hecho, las consecuencias en la salud mental de las víctimas del bullying entre hermanos son igual de graves y trascendentales que las del acoso y violencia escolar.

Los pleitos físicos y el abuso psicológico entre hermanos (común cuando son de edades muy distintas, el mayor puede hasta burlarse de los menores) es igual de dañino emocionalmente que el que sucede entre amigos y compañeros de clase, de acuerdo a un estudio llevado a cabo por la Universidad de New Hampshire.

Corinna Jenkins Tucker, autora de la investigación, considera que ésta demuestra que “la agresión entre hermanos no es benigna en niños y adolescentes, independientemente de qué tan severa o recurrente sea”. Y lo peor es que “algunos padres incluso creen que beneficia a los hijos, pues consideran que los entrena para lidiar con el conflicto y la agresión en otras relaciones”, agrega Tucker.

Por su parte el psicólogo clínico John V. Caffaro, autor de “Sibling abuse trauma”, dice que los efectos del bullying entre hermanos se reflejan incluso durante la vida adulta y “deterioran su sentido de identidad y su autoestima”.

 

La familia y la sociedad

 

El problema del acoso escolar concierne a todas las familias en México, ya que el país es líder en los casos relacionados a estos problemas.

De acuerdo al Congreso Internacional sobre Mobbing y Bullying, esta problemática ha colocado al país en el primer lugar a nivel mundial en bullying. Se han presentado 18 millones 781 mil 875 casos en el país.

La situación es grave y el 60 por ciento de los suicidios reportados entre menores de edad, está relacionado a problemas de abuso y maltrato escolar. 

Estar alerta a focos rojos, hablar clara y abiertamente con los hijos, escucharlos, observar su conducta y enseñarles valores como el respeto pueden prevenir estos conflictos sociales.

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