fbpx

Identificar y conmemorar los momentos significativos de nuestra vida es una manera de reencontrarnos, re-valorarnos y, ¿por qué no?, de construir felicidad

Los aniversarios son una parte importante de nuestra vida. Resaltan los eventos que nos son importantes, ya sea como personas o culturas. Son una buena oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con una persona o nuestra identidad como nación, por ejemplo; para acompañarnos cuando ya no es un ser querido entre nosotros o para festejar un feliz acontecimiento (como el 5º año de la revista Aventura Familiar, ¡felicidades!).

Lo que todo tipo de aniversario nos debería de regalar, en algún momento, es la reflexión de lo aprendido, la identificación de las fortalezas adquiridas y, sobre todo, la gratitud por lo vivido.

Me imagino que para ahora ya sabrás que el ser agradecido es una de las características más sobresalientes de las personas felices, y cuando el aniversario es uno alegre, este agradecimiento nos resulta más sencillo; más natural.

Pero obviamente es más complicado cuando el evento conmemorado es uno triste o uno que representa una etapa posterior más difícil que la que vivíamos antes de esa fecha. En esos casos, reflexionar sobre las enseñanzas de la experiencia o – más aún – dar gracias por cualquier cosa, resulta a veces imposible.

El duelo es un proceso absolutamente personal. Cada individuo lo vive de una manera específica, de acuerdo a su historia y personalidad, en el estilo y tiempo que esa persona necesita para ir aprendiendo a vivir con la pena. Porque la tristeza de una pérdida importante no se supera o olvida; sólo aprendemos a ponerla en un lugar en que nos permite seguir viviendo, incluso con nuevas alegrías y con propósito, pero sabiendo que no somos los mismos de antes.

De la misma manera que mensajes cariñosos o visitas de tus más cercanos el día de un aniversario feliz hace sentir al receptor como alguien pensado y querido, cuando se trata de una conmemoración triste, muestras de cariño similares te hacen sentir acompañado, pues suelen compartirse anécdotas y recuerdos que ayudan a no sentirse solo durante el proceso de duelo.

Algunas personas prefieren no resaltar los aniversarios: no festejan sus cumpleaños o la fecha de su matrimonio, u optan por no hablar de fechas tristes. Si eres una de ellas, estas decisiones también hablan de ti; te describen en algún aspecto. Tus opciones no son buenas o malas, pero siempre es útil saber por qué las eliges, para aprender más sobre ti.

Conocerse más profundamente sirve para aprender la mejor manera de manejarte en la vida, aumentando tu capacidad de construirte una vida feliz. Y nunca sabes si, al reflexionar sobre las fechas que te son importantes y cómo las celebras, podría sorprenderte alguna característica de tu personalidad que no habías identificado con anterioridad o algún significado desconocido que tuvo la relación con alguna persona determinada.

Los aniversarios son una oportunidad de festejo o conmemoración. Una ocasión de revisión del “antes y después” de esa fecha. Un muy interesante viaje hacia adentro de uno mismo.


Por Mónica Bulnes P.

Abrir chat
1
Hola,
¿en qué podemos ayudarte?