Hablar con un adolescente no siempre es fácil… y si se trata de sus padres, menos. Sobre todo si tomamos en cuenta factores como la etapa en la que están viviendo, los vestigios de la pandemia y los cambios que trajo consigo para todos, así como el hecho de que raramente podremos captar la atención de los jóvenes sin que dejen de estar pegados a la pantalla de un dispositivo móvil.
Inclusive algunos padres también están durante todo momento con los ojos en los celulares, tablets, etc.
Cada quien conoce a su hijo y sabe la mejor manera de acercarse para hablar, escucharlo y fortalecer el lazo que los une, pero a veces las circunstancias no son óptimas y esto resulta complicado. Por ello, te compartimos los siguientes consejos para tener una conversación llevadera:
- ESCUCHA ACTIVA Y NO DISTRACCIONES
Leemos tanto de la escucha activa y pocas veces la tomamos en cuenta a la hora de tener una conversación con los hijos. Observa su lenguaje corporal, míralo a los ojos y ponle atención, dejen los dispositivos móviles y, sea el tema que sea, háblalo demostrando interés.
2. EMPATÍA, TONO Y PACIENCIA
No todas las pláticas pueden ser cómodas y habrá temáticas que resulten complicadas de abordar como padres (y para los hijos también), así que trata de ser empático, paciente y de cuidar muy bien el tono con el que respondes. No interrumpas y controla tus emociones.
3. RECORDAR Y COMPARTIR
Hablar con los hijos en la adolescencia es una gran oportunidad para ir conociendo el adulto en el que se convertirá y es un momento para compartir experiencias de vida, errores, aprendizajes y alegrías… los padres también fueron adolescentes alguna vez.
4. CALMA Y NO LO TOMES PERSONAL
Como papás es difícil no tomarse personal algunas cosas y esto puede llevar a enfrentamientos. Mantengan la calma, respiren y procuren no dejar que escale hacia una discusión, pues se perderá todo el sentido de la conversación.
5. RESPETAR Y NO FORZAR
No hay que forzar una plática con los adolescentes, hay que respetar cuando no tienen ganas o ánimo de hablar las cosas. Y a reserva de que como papás se observe que se necesita ayuda o se trate de algo delicado, esperen a que ellos se sientan en la libertad de hablar.