Los bebés llegan al mundo predispuestos para relacionarse con las personas, hacen contacto visual, interactúan y prestan atención a los rostros, imitan movimientos faciales como sonreír y sacar la lengua e intercambian expresiones de alegría, tristeza y sorpresa.
A los 12 meses de edad, responden al llamarlos por su nombre, pronuncian sus primeras palabras y dicen “no” moviendo su cabeza. A los 18 meses usan el gesto de señalar, elaboran frases simples y siguen instrucciones sencillas. A los 24 meses usan aproximadamente 50 palabras y formulan preguntas como: “¿Qué es eso?”, siguen órdenes de dos pasos como: «recoge tus zapatos y dámelos”, así como nombrar algunas partes de su cuerpo. A los 36 meses de edad (3 años) empiezan a vestirse solos, saben su nombre, edad y sexo (niño/niña), muestran sus emociones y son más sociables e independientes, pueden sujetar un crayón o lápiz y trazar algunas letras, su vocabulario cuenta con cientos de palabras y hablan con frases sencillas como: «quiero tomar jugo» y responder cuando se les pregunta: “¿Quién?”, “¿Qué?”, “¿Dónde?”, “Cuándo” y “¿Por Qué?”.
La comunicación en los niños inicia con la capacidad de seguir y compartir la mirada con los demás. Los niños comprenden que el gesto de señalar es importante para pedir algún alimento, juguete, objeto, etc., así como para mostrar y compartir con otros el interés por algo que les llama la atención, como la emoción que les provoca una imagen de un cuento, al escuchar un avión que pasa volando, un animal en el zoológico, etc.
La “atención conjunta o compartida” es la habilidad de coordinar la atención e interés con otra persona en relación a un objeto, actividad o evento del entorno, a través de esta conducta llegan a comprender que las actitudes y gestos de los demás tienen una intención comunicativa.
Los niños al observar los gestos o expresiones faciales en los demás, aprenden a distinguir lo que expresan las acciones y las emociones, adquieren información que se convierte en un referente (referencia social) respecto a cómo actuar o regular su conducta en situaciones de incertidumbre o personas nuevas. En la infancia los juegos y juguetes se convierten en herramientas indispensables para el desarrollo cognitivo, social y emocional. A los 24 meses de edad, se puede observar la capacidad para imaginar y simbolizar, pueden “simular, fingir o pretender”, recrear con representaciones mentales personajes reales o imaginarios y le dan otro uso a los objetos, es decir, pueden convertir una caja de cartón en una casa, una rama de un árbol en una espada, un cubo de madera en un vaso de agua, etc.
INDICADORES DEL DESARROLLO
Los “hitos o indicadores del desarrollo” hacen referencia a las destrezas o habilidades que la mayoría de los niños de la misma edad logran realizar en un periodo determinado. Algunos bebés gatean a los 6 meses y empiezan a caminar a los 12, otros lo hacen a los 9 y dan sus primeros pasos a los 15 meses y en ambos casos se considera que el desarrollo que se espera por su edad cronológica se encuentra dentro de los parámetros típicos o normales.
Un niño de 24 meses que casi no habla, señalará con el dedo o usará gestos para comunicarse y más adelante con la estimulación adecuada logrará hacerlo, sin embargo, en el caso de un niño de la misma edad que no usa el gesto de señalar, no se interesa por los juguetes, no pronuncia ninguna palabra, ni responde a su nombre, se sugiere la necesidad de prestar mayor atención a su neurodesarrollo.
En los niños que presentan un rezago en su desarrollo, se puede observar que la adquisición de estos hitos se cumple de forma más lenta, que por lo general, con la atención adecuada logran alcanzarlos. Otros niños presentan ritmos irregulares en la adquisición de destrezas, como por ejemplo: un niño de 24 meses pudiera presentar un lenguaje propio para su edad, pero sus habilidades motrices corresponden a un niño de 18 meses, habrá otros que presentaron ciertas destrezas a la edad correspondiente y al pasar de los meses dichas destrezas se perdieron, esto se le conoce como regresión.
En base a los indicadores del desarrollo y la observación de cada caso (historia clínica), el médico pediatra puede determinar si se trata de un retraso madurativo o si la evolución del niño se encuentra significativamente por detrás de lo esperado. En las consultas de rutina se pueden detectar «las señales de alerta», que indican la posibilidad de presentar alguna alteración sensorial, la presencia de alguna condición del neurodesarrollo, como pudiera ser el caso del espectro autista y requerir de una valoración especializada.
El espectro autista consiste en un grupo de alteraciones en el área social, la comunicación verbal y no verbal y patrones conductuales restrictivos y repetitivos.
El término de “espectro” hace referencia a una amplia gama de manifestaciones o diversos funcionamientos que se llegan a observar y que varían de una persona a otra.
SEÑALES DE ALERTA
En base a la observación de la conducta, las señales o signos de alerta se pueden detectar entre los 12 y 24 meses de edad. Es importante tomar en cuenta que la presencia de estas conductas en estas etapas del desarrollo no significa que más adelante estos niños serán diagnosticados con autismo. El objetivo de las guías o filtros de detección es sugerir o recomendar la consulta con un profesional para corroborar o descartar un posible diagnóstico.
Algunas señales de alerta pueden ser:
No mantiene el contacto visual o lo realiza escasamente; comenzó a decir palabras y antes de los dos años de edad dejó de pronunciarlas; no voltea a ver las expresiones faciales de los demás; si desea algo que no puede obtener por él mismo, toma de la mano al adulto y lo lleva hacia lo que él quiere sin hablarle, ni mirarle; no señala los objetos para demostrar su interés y compartir cosas con los demás; parece no escuchar cuando se le habla, se llega a pensar que es sordo y al realizar los exámenes audiológicos los resultados son normales; tiene movimientos repetitivos como mover las manos, caminar de un lado a otro, subir y bajar escaleras, balancearse, etc.; es muy sensible a los ruidos llevándose a tapar los oídos, a las texturas buscando quitarse los zapatos o la ropa, a la comida siendo muy selectivo y/o repetitivo en los alimentos; le molestan los ruidos fuertes; le atraen las sensaciones físicas estimulantes; no hay juego “como sí”, ni la representación del juego de roles, sino que se entretiene con las partes de los juguetes u objetos como el girar las llantas de un cochecito, o alinear juguetes u objetos; no muestra entusiasmo por realizar nuevas actividades, solamente realiza algunas de manera repetitiva con ciertas personas o en los mismos lugares; no imita las acciones de los demás como saludar, aplaudir, bailar, repetir palabras, etc.
Suele suceder que cuando los padres expresan sus preocupaciones sobre la conducta de su hijo, por lo general no se equivocan, si algo les inquieta no duden en pedir la opinión del pediatra, o bien, considerar buscar un especialista en neurodesarrollo para realizar una evaluación más detallada.
Es importante señalar que la plasticidad cerebral es la capacidad que permite que las neuronas se fortalezcan y realicen una mayor cantidad de conexiones neuronales, lo que se conoce como sinapsis. Estas conexiones neuronales se producen en mayor cantidad en los primeros años de vida.
La detección oportuna y la atención o estimulación adecuada de los niños en situación de riesgo, tiene como objetivo proveer recursos para formar los cimientos para sus futuros aprendizajes sociales, educativos, de comunicación, de autonomía e independencia, etc., que propiciarán un mejor pronóstico traducido en una mejor calidad de vida.
Hola soy tía de un joven con espectro autista he convivido con él desde que tenía un año mi relación con él ha sido excelente ahora soy abuela de un niño de un año cuatro meses estoy muy inquieta porque mi nieto tiene conductas similares a las que indican cómo reconocer el autismo pero sin embargo mi nieto si atiende pero tienes que estarle insistiendo para poder que reconozca que le estamos llamando a él y con respecto a sus juguetes Él juega con sus carritos dándole vueltas a las llantas y él todo quiere ver girar todo lo que toca lo quiere hacer girar tenemos la inquietud y tal vez como ya estamos predispuestos contener a mi sobrino con esa condición de vida nos hace estar más alerta quisiera saber cómo ayudar a mi nieto
Es común que los abuelos se preocupen y estén al pendiente de desarrollo de los nietos. A veces no saben cómo interferir por prudencia o debido a que la nuera o yerno no están abiertos a escuchar o hasta los propios hijos, sobre consejos o en este caso observaciones del desarrollo de un hijo.
Acercarse con amor para comertar o sugerir una opinión del especialista o pediatra sería lo
mas oportuno. Su nieto está a muy buena edad. Este año atípico por la pandemia lo ha tenido encerrado en casa, como ha muchos otros niños, perdiendo muchas oportunidades de estimulación y socialización fuera de casa y esta podría ser su sugerencia para que pidan una opinión sobre su forma de jugar, el lenguaje, o
bien estar más atentos en la revisión de los indicadores del desarrollo.
Atte.
Edna García
Tengo el caso de una adolescente (16 años) (hija de una amiga, no lo veo como caso clínico) fue dx cerca de los 8 años, cuando la mamá observó que la niña estaba teniendo problemas sociales, con sus compañeros de escuela, manifestaba llanto o preocupación cuando las rutinas eran cambiadas.
Actualmente la mamá tiene miedo el regreso a la preparatoria presencial, por su autonomía, porque vuelva hacer atacada por sus compañeros por no adaptarse.
Otra situación que le cuesta trabajo desde pequeña es comprender las matemáticas, pero tienen una habilidad en el dibujo muy buena.
Me gustaría que me pudieras apoyar con algún libro , artículo que me dé estrategias para abordar a un adolescente con Aspeger.
Gracias
Hola Verónica, la autora del artículo nos hizo llegar un PDF con información de tu interés. Te lo estaré reenviando a tu correo cuanto antes.
Saludos,
Gracias por tu aporte. Un cordial saludo.
Gracias por leerlo Stefany, te invitamos a seguir explorando más sobre nuestro contenido.