Hemos llegado a un punto en el que es necesario educar, orientar, informar y concientizar sobre este tema desde la infancia. Te presento estrategias para hacerlo, derivadas de un trabajo colaborativo
Comiendo en un restaurante post-pandemia en marzo 2022… se acerca el mesero y pregunta ¿Algo más que le haga falta caballero?, ¿Todo en orden caballero?, esto pasa mientras se me cae el pan de la boca e intento controlar mi reacción, pues me recuerdo que soy una adulta responsable de mis acciones y emociones.
Entonces me digo a mi misma: “otro día más en la vida de una mujer mexicana donde es común ser sutilmente ignorada e invisible”. Un tipo de violencia disfrazada de servicio y cortesía. Es algo cultural, se podría decir, incluso visto como “aceptable” y “normal”. Pero esta historia se repite y escala a muchos contextos de mi vida personal y social. Hace no mucho tiempo que caí en cuenta de la cantidad de abusos y micro machismos a la que se enfrenta una mujer TODOS los días. Tanto así que, a veces, mientras sucede juro escuchar el intro de la serie de “Mujer, casos de la vida real” de los años 90 y el tan querido meme nacional de “Acompáñame a ver esta triste historia” que surge en mi cabeza. Supongo que estaba malamente acostumbrada a tolerar este tipo de situaciones, ya NO, la venda se me ha ido cayendo poco a poco.
El tema aquí fue cuando vi llegar estas mismas situaciones a mi salón de PREESCOLAR. Sí, leyó usted bien, dije preescolar, no secundaria, ni preparatoria o universidad. PREESCOLAR. ¿Será que siempre había sido así y no era consciente?, ¿No estaba acaso lo suficientemente informada?, bien dicen que la ignorancia es una bendición. Pues no lo sé, pero cuando fui testigo de una situación de inequidad entre niños y niñas en edad preescolar mi alma se teletransportó a Narnia y viajó por galaxias lejanas hasta regresar congelada a mi cuerpo.
Confieso que siempre he sido una persona altamente sensible y que soy MUY impresionable pues admiro la belleza y el horror de una forma única. Y aun así, éste hecho era algo incomprensible para mi cerebro; la mera idea era una pionera extranjera pues llevo más de 10 años trabajando con esta población hermosa y salvaje de personas de 0 a 6 años.
Y siempre he pensado que el preescolar es como un microcosmos, y un reflejo de la sociedad actual, pero nunca a este nivel. En fin, mucho puedo decir o no decir de todo lo que he aprendido de estas experiencias. Pues como dijo Mandela: “You either win or learn”. La verdad es que prefiero abstenerme de detalles pues mi intención NO es escandalizar ni contribuir al discurso de negatividad y odio que permea en nuestra sociedad. Al contrario, como maestra me toca aprender y enseñar constantemente. Juzgar y ridiculizar lo encuentro vacío. Y me parece importante EDUCAR, ORIENTAR, INFORMAR, y CONCIENTIZAR acerca del tema.
‘Los niños son el futuro’
Además de pensar seriamente en nuestra huella generacional y en los niñ@s que estamos formando. Si usted es de los que piensa “Los niñ@s son el futuro”. Yo le pregunto, ¿Cuál futuro?, uno en el que la violencia de género es “normal”, en el que se han perdido los valores, y la sociedad está llena de familias y personas quebradas; en el que nos estamos acabando los recursos de nuestro hermoso planeta y hemos pasado a ser meros consumidores de la tecnología que cada día nos seduce con algo nuevo.
¿De verdad queremos educar en base a patrones arcaicos que propician la repetición de violencia sistémica, y la desigualdad de género?
Llevo ya varios años que dejé de remar a contracorriente, abandoné la idea de tener que adaptarme a un mundo que muchas veces me mostraba su cara tóxica. En vez de adaptarme, decidí construir una nueva REALIDAD, pues aunque me considero una persona positiva hay muchas cosas que no me gustan del día de hoy. En palabras de Krishnamurti, el autor de “La educación y el significado de la vida”: “No es una medida de salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”.
Y el presenciar que un niño descalifique y excluya a una niña por ser niña me parece alarmante y RIDÍCULO. La antropóloga social Cecilia Fernández nos habla en su curso de “Entendiendo el feminismo desde el programa de filosofía para niñxs” el valor que tiene EDUCAR SIN REFERENCIA AL PASADO. ¿Y qué quiere decir educar sin referencia al pasado?
“No se refiere a borrar la memoria o a pretender borrar aquellos abusos o inequidades que se vienen arrastrando estructural o sistemáticamente, hay que dar cuenta de lo que sí pasó pero la propuesta de educar de este modo significa no anclarnos en “a mí me sucedió y no pasa nada”, “es la tradición… así es como se organiza el mundo”, y tanto al pasado como a las supuestas esencias que transmitimos “es que… así son los hombres, así somos las mujeres, esto es lo que nos toca”.
Ésta es la posibilidad de quienes nos dedicamos a crianza, de compartir, fomentar, no apagar la esperanza que tienen los niñ@s pues ellos pueden crear mundos a partir de su imaginación y crearlos junto con ellos también resulta importante. Puesto que somos los adultos quienes los criamos y quienes los anclamos a diferencias, a discriminación y a subordinaciones estructurales, así que educar sin referencia al pasado debe ser un punto de partida a un nuevo sistema organizado a partir del respeto y la igualdad de género.
Y esto involucra muchas esferas de nuestra persona. Pues a veces significa SANAR HERIDAS de nuestra propia historia, de quienes fuimos, de quienes fueron nuestros padres, la manera en que fuimos educados etc.; y también de pensar y repensar nuestro estilo de paternidad-maternidad, nuestras habilidades y herramientas como madres; y después de toda la introspección necesaria, se debería tomar y tirar de una buena vez con todas esas “maneras” y actitudes que nos hirieron.
Tal vez así logremos ser una versión más auténtica y más sana y finalmente cortar con estas “malas prácticas” que incluso muchas veces refuerzan y conservan un tinte tradicionalmente paternalista.
Diferencias y desigualdad
¿Cómo se ven estas diferencias que fomentan la desigualdad de género?, muy simple, pero muy complejo a la vez, ya que las encuentras en los lugares más lucidores y en los más oscuros. A continuación algunos ejemplos en el tema de crianza y educación temprana:
- “Va a ser” (gender reveal): Globos azules si va a ser niño y globos rosas si será niña
- “ Los niños no juegan con muñecas, las niñas no juegan con carritos”
- “ Las niñas no juegan futbol, eso es cosa de hombres”, “Bailar es cosa de niñas”
- “ Los niños no lloran”, “Las niñas no opinan”
- “ Las niñas usan vestido”,“ Los niños llevan el pelo corto”
- “ Los niños deben ser fuertes y agresivos” , “Las niñas deben ser bonitas y delicadas”
En cada una de éstas frases está contenido un aspecto vital de nuestra existencia; el lenguaje, la conducta, la vida afectiva, la ropa, los juguetes, las actividades recreativas a las que decidimos que puede participar un niño o una niña etc; El género es una CONSTRUCCIÓN SOCIAL. Nosotros, adultos, tenemos el poder de decidir con qué prejuicios crecerán nuestros hij@s.
De acuerdo con Mayra Hernández, abogada activista, experta en estudios de género por la Universidad de Querétaro y Vancouver, menciona que “el género se va construyendo desde la infancia a través de estereotipos por los cuales se educa y se socializa bajo modelos de masculinidad y feminidad hegemónica, puesto que, se sigue el modelo tradicional de cómo se DEBE DE SER masculino y cómo se debe de ser femenino. Y al no cumplir con estos modelos las personas están sujetas a sufrir rechazo social y discriminación”.
Este modelo tradicional basado en prejuicios (entre otras cosas) impulsa a los NIÑOS a progresar en el ámbito PÚBLICO (comercial y de negocios) imponiendo un rol de proveedor y en las niñas supone que el progreso ha de darse en el ámbito PRIVADO (doméstico) como esposa y madre.
A partir de estos prejuicios se va construyendo la IDENTIDAD PERSONAL. Y no sé usted, pero para mí ésas son las grandes ligas y en donde pienso que hay que apostarle con más fuerza e intencionalidad; a nuestra IDENTIDAD, en la que entendemos el mundo, en nuestro propósito en la tierra, en cómo nos dirigimos a los demás, en lo que pensamos de nosotros mismos, lo que nos hace ser quien somos etc.
¿Cómo hemos de dejar esto en manos de prejuicios que han sido creados hace tanto tiempo y que nos han demostrado ser tóxicos?
¿Por qué los estereotipos de género NO fomentan una sociedad basada en la igualdad?
Porque de acuerdo con Mayra Hernández, estos estereotipos de género han sido creados a partir de una cultura andocentrista y patriarcal y los pensamientos más arraigados dentro de cada uno de “éstos estereotipos suponen un sistema de dominación y opresión hacia las mujeres en donde la mujer es colocada en un status de subordinación y el hombre en un status de dominación. Como Simone de Beauvoir quien establece que ‘la mujer es lo otro en relación al hombre’”.
Y esta cultura de opresión se ve inmersa en todos los aspectos de la sociedad, en la forma de crecer, de estudiar, de hacer negocios y de crear una familia. Y dentro de la familia es donde se refuerzan estos estereotipos o se extinguen. Y se ve claramente en los padres de familia que educan a sus hijos a defenderse usando la violencia o a las niñas que se les va inculcando sutilmente el cumplir siempre con un estándar de belleza. Promoviendo tal vez, de forma inconsciente, una masculinidad y feminidad tóxica.
Hoy somos testigos de las consecuencias de estos prejuicios, vemos peleas en niños de secundaria “arreglando” sus problemas a golpes, vemos niñas ultra sexualizadas queriendo imitar lo que ven en las redes sociales. Y esto es lo que se ha vuelto aceptable y celebrado. Sin mencionar los efectos más extremos como lo son el feminicidio (niñas y adolescentes) y el suicidio (adolescentes).
Sé que esto es difícil de entender para muchos pues nos cuesta quitarnos la piel y la máscara y caminar lejos de estos prejuicios que nos enseñó nuestra familia… es duro pues, construir una opinión propia implica autenticidad y coraje.
Me consuela el hecho de encontrarme en consulta, a madres y padres de familia que poco a poco van despertando y que son más conscientes de que no quieren educar a sus hij@s de la misma manera en la que ellos y ellas fueron educados. Y les doy crédito también a todas esas personas que han puesto su atención en adoptar prácticas basadas en psicología positiva, apego seguro, educación socio-afectiva etc.; cada vez somos más los que creemos que un niñ@ ha de ser educado en base al respeto y la conexión para con sus adultos importantes y su entorno.
Estrategias para la igualdad
Aprende a reconocer estereotipos de género en tus hij@s:
- Escucha y atiende de forma consciente
A veces la rutina y el caos de la vida adulta nos privan de realmente estar PRESENTES y de saber lo que pasa en la vida de nuestros hij@s.
- Medita
Cuando detectes una conducta, una frase, o una palabra que denota estar ligado a un estereotipo de género NO reacciones. Mejor date el tiempo para procesarlo a nivel personal, aclara tus ideas, investiga, piensa en las repercusiones a largo plazo y luego adopta una postura.
- Responde
Inicia un diálogo con un tono abierto y respetuoso (no autoritario) e investiga de donde vienen sus creencias, después dales tu punto de vista, explícalo con hechos e invítalos a construir su propio criterio.
¿Cómo educar en la igualdad?
Para el presente artículo y los siguientes lineamientos se realizó un trabajo de análisis en conjunto con las especialistas Mayra Hernández, Raquel Vidaurri y yo, Marissa Vázquez:
- Educando a la sociedad. Educando a los padres/madres de familia. A través de pláticas, cursos y talleres que hablen sobre la igualdad de género.
- Sanando nuestras heridas de la infancia en torno a este tema. Y entendiendo que no hay una sola manera de ser MUJER y de ser HOMBRE.
- Cuestionando los contenidos actuales que proporcionan los medio de comunicación y que están consumiendo nuestros niñ@s; la música , la televisión, la publicidad (NETFLIX , DISNEY + , TIK TOK , INSTAGRAM)
- Analizando y pensando críticamente cuando un contenido digital está promoviendo mensajes que hacen que se normalice la violencia de género.
- Interviniendo cuando se reconozcan estereotipos de género (masculinidad tóxica, cosificación del cuerpo femenino) y manifestando nuestra desaprobación en el entorno familiar y social.
- Dándoles oportunidad a los niñ@s de JUGAR sin miedo; jugar con todo tipo de juguetes; juguetes “genderless”.
- Cuidando nuestra relación de pareja, la forma en que nos comunicamos, resolvemos problemas etc.; Los niñ@s observan e imitan a sus adultos importantes.
- Procurando estar rodeada de personas que compartan estos mismos valores, pues a veces no se necesitan las mismas creencias para convivir, pero sí el mismo respeto.
- Al buscar escuela para tus hij@s asegúrate de conocer su visión y postura ante este tema.
- Haciendo una deconstrucción de lo individual a lo colectivo. Trabajar en nosotros mismos primero, a manera personal y familiar para poder hacer un cambio de manera social.
Por Marissa Vázquez