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Los padres debemos apoyarlos en sus responsabilidades académicas, pero si no tenemos cuidado podemos llegar a hacernos cargo por completo de lo que les corresponde, impactando directamente en su formación.

¿Alguna vez escuchaste a un niño decirle a su mamá: “No hice la tarea porque tú no me recordaste que la hiciera”? Si fue a ti a quien te lo dijeron, la buena noticia es que has recibido una muy clara señal de alerta de que hay que cambiar algunas cosas en casa.

Lo primero a decir es que los hijos, obviamente, no nacen sabiendo estudiar. A pesar de que se ha observado en bebés, a través del juego, la habilidad de aprender en base al método científico, al llegar a la edad escolar necesitan adquirir la estructura necesaria para organizar sus deberes y realizar las tareas asignadas en la escuela. 

Por esta razón es perfectamente natural y necesario que los padres se sienten junto a su hijo durante su primer año de educación básica, para enseñarle técnicas de estudio y resolver dudas sobre la tarea a realizar. Esto es muy distinto a hacer los deberes (o parte de ellos) por él.

Entre segundo y cuarto de primaria es fundamental que el pequeño, con la orientación de sus padres, aprenda a identificar la mejor manera en que él trabaja, de acuerdo a su particular personalidad y estilo. Hay niños que, después comer y descansar un poco, prefieren hacer toda la tarea en una sentada, mientras que hay otros que optan – y requieren – trabajar un poco, para después tener un receso de algunos minutos y terminar posteriormente sus deberes. Hay niños que se desempeñan mejor inmediatamente después de llegar de la escuela y otros que trabajan mejor al final del día, antes de cenar. 

Este auto-conocimiento es indispensable para el resto de la vida de los hijos y por esta razón es muy importante que los papás seamos claros y firmes, primero, al enseñar a los hijos a cumplir con sus responsabilidades y segundo, a realizarlas, lo mejor que puedan, por sí mismos. Es igualmente crucial que les demos la libertad – con nuestra guía, claro – para identificar e implementar su mejor estilo académico. Como en todo “ensayo y error”, habrá estrategias que serán muy exitosas para tu hijo y otras que no le funcionarán y tendrá que hacer los ajustes pertinentes para tener los mejores resultados.

Hasta aquí lo referente a la estructura y técnicas del estudio.

Con respecto a la realización misma de la tarea y todo lo que involucra (anotar lo que se debe hacer para los días siguientes, llevar a casa los útiles involucrados, etc.), el peso de la responsabilidad es de los niños. 

Cuando converso con otros papás, todos estamos de acuerdo. Con firmeza y seguridad nos decimos los unos a los otros: “¡Claro! La responsabilidad de hacer la tarea es totalmente de mi hijo.” Sin embargo, en la práctica – y dentro de la privacidad de nuestro hogar – la cosa funciona de otra manera.

En grupos de WhatsApp encontramos papás y mamás preguntando sobre la tarea del día siguiente. En un mensaje directo, una mamá se organiza con otra para pasar por el libro que el hijo olvidó llevar a su casa para estudiar. Yendo y viniendo vemos a padres de familia comprando a último minuto materiales para trabajos que los niños sabían que tenían que hacer días (¡y hasta semanas!) antes, y les informaron a sus papás horas antes de la entrega del proyecto. Y más grave que todo esto, después de un largo día de trabajo, hay papás que al darse cuenta que los hijos no terminaron o no hicieron la tarea, se sientan a hacerla (mientras regañan a sus hijos, eso sí), para que no reciban una mala calificación al día siguiente.

Entiendo la importancia de un buen promedio y la necesidad de una buena calificación para pasar exitosamente el año escolar. Sin embargo, la formación de los hijos no consiste solamente en resolver el problema inmediato, sino principalmente en prepararlos para la vida adulta, como hombres y mujeres de bien. Para lograr esto, necesitamos afrontar cierto “precio” a pagar. Al parecer en este caso, es ser capaces como padres de soportar una mala calificación del hijo. Cuando esto sucede, el enfoque de nuestra atención debe dirigirse a la lección aprendida y los ajustes que se deben hacer para no volver a obtener una mala nota, más que regañar y mantener un ambiente negativo en casa. Obviamente que si la irresponsabilidad persiste, los papás debemos de implementar un castigo – consecuencia lógica de una mala decisión – que motive a que la conducta inadecuada no vuelva a ocurrir.

Curiosamente, en muchas familias parece ser más difícil para los papás que para los hijos recibir una mala nota. Pareciera que, de alguna manera, algunos padres y madres sienten que, lo que se saquen sus niños en la escuela es una evaluación de su desempeño como padres de familia y, por esta razón, se preocupan y ocupan en demasía por cumplir con los deberes académicos, traspasando a un segundo lugar la adquisición de autonomía y responsabilidad. 

Así que deja que tu hijo sea quien se contacte con los compañeros para preguntar por la tarea no anotada. Que sea él quien coordine cómo conseguir el libro o apuntes para poder estudiar y, por supuesto, deja que deje sin terminar el proyecto asignado y así lo presente en la escuela al día siguiente.

 Las consecuencias aleccionadoras serán la mala calificación y la “eliminación”, por el periodo de tiempo que tú dispongas, de algún privilegio (no jugar videojuegos en la tarde o dejar de invitar amigos el viernes, por ejemplo).

Es importante tener siempre presente que el objetivo primero como formadores de los hijos, es el de formar adultos íntegros, capaces de construirse un futuro trascendente y feliz. Por esta razón debemos preguntarnos constantemente: “¿Qué estoy haciendo hoy por mi hijo que él puede hacer por sí mismo?”

Tu familia es lo más importante

Mónica Bulnes es psicóloga, con una maestría en Ciencias de la Familia y una especialización en neuropsicología. También es conferencista internacional y autora de libros sobre formación de hijos. Desde el 2005 conduce un podcast “Pregúntale a Mónica”, en donde resuelve gratuitamente las consultas de su auditorio y ofrece estrategias concretas y prácticas en los temas de persona, pareja y familia.

Entra a su podcast:

www.preguntaleamonica.com

Por Mónica Bulnes P.

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