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Desde una perspectiva intelectual, hoy en día los estudiantes han estado expuestos a mucho más de cuanto yo cuando estaba creciendo, y muy pronto también. Ellos han consumido información de todo, desde el ciberespacio hasta técnicas sexuales antes de graduarse de primaria. Todo les está llegando más pronto. El profesor en sociología, Tony Campolo dice “estoy convencido de que no vivimos en una generación de niños malos. Vivimos en una generación de niños que saben demasiado, demasiado pronto.”

Por otro lado, los estudiantes se han quedado cortos en su madurez emocional. Parecen requerir de más tiempo para realmente “crecer” y prepararse para la responsabilidad que llega con la adultez. Esto es el resultado de muchos factores, entre ellos, los padres bien intencionados que permanecen encima de sus hijos sin permitirles experimentar el dolor de la madurez. Es como el niño que trata de ayudar a una mariposa a salir de su capullo para darse cuenta después de que ha no le ha hecho un favor a la mariposa. La mariposa no es lo suficiente fuerte para volar ahora que es libre.

Sin embargo, hay otra razón por la cual los adolescentes batallan con la madurez. Los científicos están obteniendo nuevos descubrimientos sobre los notables cambios en los cerebros de los adolescentes que pueden explicar por qué los años adolescentes son tan duros para los niños y sus padres. Entre los 11 y 14 años, los niños pierden algunas de las conexiones entre células en la parte del cerebro que les permite pensar claramente y tomar buenas decisiones.

Podando el cerebro

Lo que pasa es que el cerebro está podándose a sí mismo -está pasando por cambios que permitirán a los niños llegar a la vida adulta de manera efectiva. “Las conexiones ineficaces o débiles en el cerebro son podadas casi de la misma manera como un jardinero podaría un árbol o un arbusto, dando a la planta la figura deseada,” dice Alison Gopnik, Profesora de Desarrollo Infantil de la Universidad de California (UC) en Berkley. Los adolescentes que están experimentando estos cambios en su cerebro pueden reaccionar emocionalmente, de acuerdo a Ian Campbell, un neurólogo del Laboratorio de Investigación Davis Sleep de UC. Los cambios de humor, una nula cooperación y las actitudes irresponsables pueden ser resultado de que estos cambios estén sucediendo. A veces, los estudiantes no pueden explicar por qué se sienten como se sienten. Su cerebro está pasando de un cerebro de niño a uno de adulto. 

Por ejemplo, las regiones del cerebro que se especializan en el lenguaje crecen rápidamente hasta los 13 años aproximadamente, y luego se detienen. Los lóbulos frontales del cerebro, que son los responsables de un mayor nivel de razonamiento y de toma de decisiones, no están totalmente maduros sino hasta el inicio de los 20 años, según Deborah Yurgelun-Todd, una neuro-científica del Centro de Imagen Cerebral de Harvard. Existe un espacio de tiempo donde la parte niña del cerebro ha sido podada, pero la parte adulta no está completamente formada todavía. Están en el medio. Están informados, pero no preparados.

¿El quid? Los estudiantes están consumiendo información que no están preparados para manejar. La parte adulta de su cerebro está todavía en formación y no está lista para aplicar todo lo que la sociedad les lanza. Su mente lo toma y lo archiva, pero su voluntad y sus emociones no están preparados para actuar sobre ello de una manera sana. Pueden quedarse paralizados por todo el contenido que consumen. Ansían poder experimentar del mundo que han visto en internet o escuchado en podcasts, pero no se dan cuenta de que no están preparados para tal experiencia emocional. Están verdaderamente entre un niño y un adulto. (Esta es la genialidad detrás de las clasificaciones de películas y los anuncios de discreción a los espectadores en la TV). Creo que un estudiante sano y maduro es uno que se ha desarrollado intelectual, volitiva, emocional y espiritualmente. También creo que existen marcas que podemos buscar mientras los entrenados hacia la madurez.

Señales por buscar

Entonces, ¿cuáles son las marcas de la madurez? A todos nos encanta ver a una persona joven que se relaciona bien y muestra señales de ser maduro. Interactúan con los adultos de una manera adulta. Este tipo de estudiantes son francamente interesantes. Permítanme dar una lista de lo que yo considero que son las marcas de la madurez. En “Growing Leaders” buscamos construir esas marcas en gente joven, de entre 16-24 años, en la medida en que nos asociamos con más escuelas. Esta ciertamente no es una lista exhaustiva, pero es una lista de características que he notado en la gente joven que es usualmente madura, intelectual, emocional y espiritualmente. Si tú eres un padre -esta es una buena lista de atributos para empezar a desarrollar en tu hijo. Si eres un entrenador, un profesor o un decano, estas son las señales que deseamos que cada estudiante domine cuando se gradúe. En ese sentido, estas son las señales que desearía que todo adulto viva para la generación que viene detrás de ellos.

  1. Una persona madura es capaz de mantener compromisos a largo plazo. Una señal clave de madurez es la habilidad de retrasar las gratificaciones. Parte de esto significa que un alumno es capaz de mantener compromisos aunque ya no sea algo nuevo ni original. Pueden comprometerse a continuar haciendo lo que está bien aunque no tengan ganas.
  2. Una persona madura no se sacude ante las alabanzas ni las críticas. Mientras la persona va madurando, tarde o temprano entiende que nada es tan bueno como parece, ni nada tan malo como parece. La gente madura puede recibir cumplidos o críticas sin dejar que ello los arruine o los oriente a una percepción desorientada de ellos mismos. Están seguros con su identidad.
  3. Una persona madura tiene espíritu de humildad. La humildad es paralela a la madurez. La humildad no es pensar menos en uno mismo. Es pensar en uno mismo menos. La persona madura no está absorbida en tener la atención en sí misma. Ven cómo otros han contribuido a su éxito y pueden con sinceridad dar honor al Creador que les dio talento. Es lo opuesto a la arrogancia.
  4. Las decisiones de una persona madura están basadas en el carácter y no en los sentimientos. Las personas maduras viven conforme a ciertos valores. Tienen principios que guían sus decisiones. Son capaces de progresar por encima de una simple reacción a las opciones de la vida, y son proactivos a medida que viven su vida. Su carácter es maestro de sus emociones.
  5. Una persona madura expresa agradecimiento habitualmente. Me he dado cuenta que mientras más maduro, más agradecido soy, tanto por las cosas grandes como por las pequeñas. Los niños inmaduros piensan que se merecen todo lo bueno que les pasa. La gente madura tiene una visión más grande y se da cuenta lo bien que vive, en comparación de la mayoría de la población mundial.
  6. Una persona madura sabe priorizar a los otros antes que a uno mismo. Un hombre sabio dijo una vez: la persona madura es la que tiene una agenda que gira en torno a los demás, y no a sí mismo. Ciertamente esto puede llevar a un extremo y no ser enfermizo, pero creo que un camino para salir del infantilismo es pasar por encima de tus propios gustos y empezar a vivir para satisfacer las necesidades de los menos afortunados.
  7. Una persona madura busca consejo antes de actuar. Finalmente, una persona madura es educable. No creen que tienen todas las respuestas. Cuanto más sabios se vuelven, más se dan cuenta de que necesitan más conocimiento. No les da pena buscar el consejo de adultos (maestros, padres, entrenadores) o de Dios en la oración. Solo los sabios buscan la sabiduría.

Por Dr. Tim Elmore, CEO de Growing Leaders
Traducción: Andrea González

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