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El cambio de escuela impacta en la vida de los hijos y tiene un efecto sobre los padres. Pero también es la ocasión ideal para la madurez y el crecimiento personal de los pequeños.

Todo cambio afecta a los niños. Si hay un cambio de casa o de escuela, los pequeños experimentan síntomas como alteración en el estado de ánimo, aislamiento e inclusive dificultad en el aprendizaje.

Esto a pesar de que los pequeños tienen gran capacidad para adaptarse rápidamente.

Como padres, es importante que se acompañe a los hijos en este proceso, según la sensibilidad de cada uno.

Un nuevo colegio es una oportunidad para que el niño madure y esto trae consigo múltiples beneficios como conocer nuevas personas y hacer amistades, es un reto para que la familia se renueve de manera positiva, para que los hijos aprendan modelos distintos de aprendizaje, con nuevas metodologías.

Además, podrían llevar clases extracurriculares que no tenían en el colegio anterior.

Pero el cambio de escuela para un niño también significa un proceso de adaptación complicado, por lo que podría tener dificultad a la hora de relacionarse con sus nuevos compañeros y maestros.

La neuróloga infantil Isabel López dice que “por un lado está la tristeza de dejar a sus amigos y, seguramente, también extrañará a algunos profesores con quienes pudo establecer vínculos afectivos y de simpatía. En ese caso debe pensar que esas amistades no tienen por qué perderse y que tiene muchas formas de mantener su relación con ellos”.

De acuerdo a expertos, algunos niños llegan a enojarse con los padres como resistencia al cambio. Papá y mamá no deben desesperarse y en ellos está la tarea de integrar a los hijos en las decisiones de la familia, para que no sienta que no fue tomado en cuenta para tomar la elección de hacer un cambio, con mayor razón si el niño tiene que repetir año en el nuevo colegio.

Para los padres, el cambio representa un reto para poder comunicarse con los hijos y para afrontar las dificultades que se le presenten al mismo. Además, requiere de su esfuerzo en el proceso de adaptación de toda la familia que llega a una nueva institución o ciudad, según sea el caso.

Una decisión de todos

Los niños y adolescentes deben saber que forman parte de las decisiones que le conciernen a la familia y deben estar conscientes de que un cambio de colegio es una buena oportunidad para toda la familia.

La neuróloga infantil Isabel López recomienda a niños y jóvenes que se concentren en abordar el cambio de la mejor manera posible y que “saquen el máximo provecho de esta oportunidad. Es muy normal que ante un cambio de colegio se sienta ansioso, inseguro o incluso un poco temeroso, ya que se enfrentará a situaciones nuevas y desconocidas. Por esto es muy bueno que hable con sus padres, hermanos y amigos sobres sus sentimientos y temores, ya que podrá sentir su apoyo y compañía”.

López aconseja que los padres observen y conversen detalladamente con los hijos durante los primeros días del cambio y durante el proceso de adaptación. Y recomienda que se destaque continuamente las ventajas y aspectos positivos que tiene el formar parte de una nueva comunidad educativa.

Por María Alessandra Pámanes

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