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Rutina emocional antes de dormir

El sueño es la parte del día en la que nuestras neuronas se recuperan y, del mismo modo, nuestro cuerpo entra en estado de reposo para recuperar energías y poder afrontar las
exigencias de un nuevo día.

Seamos sinceros, ¿Cuál es nuestra rutina antes de dormir? Podemos decir que vestirnos con la pijama, asearnos, revisar la última historia o publicación de mi amigo o ver la
televisión hasta quedarme dormido.

Y en cuanto a los niños, los acompañamos a ponerse la pijama, lavarse los dientes e ir al baño antes de acostarse; incluso a veces los podemos dejar viendo televisión hasta
quedarse dormidos.

En esta rutina típica, ¿En qué momento compartimos acerca de lo que fue el día?

Al día de hoy, viviendo en incertidumbre en la parte de la salud, con inestabilidad laboral, exceso de carga por parte de algunas escuelas; y además, privados de la interacción social con familiares, amigos y maestros (medidas necesarias para evitar la propagación de covid-19), ¿Cómo cuidamos nuestro estado emocional?

Podemos decir: cuidando los horarios de sueño y la alimentación balanceada, establecer espacios de trabajo para escuela y trabajo en el hogar, tomar tiempo para hacer cosas que
disfrutamos, mantener contacto con nuestros seres queridos y alejarnos de pantallas una hora antes de dormir. Éstos son elementos clave para una buena salud mental, sin
embargo, esto no nos ayuda a saber cuál es la carga emocional que tienen nuestros hijos durante el día.

A continuación te propongo la siguiente rutina de cuidado emocional antes de dormir, que les hará ver que mamá y papá están interesados en saber cómo se sienten, en escuchar lo que piensan, así como les permitirá escucharse mutuamente.

1.- ¿Cuál fue tu parte favorita y cuál no fue tu parte favorita del día y por qué?

Puede responder, por ejemplo:- disfruté leer un cuento en clase de español. -No disfruté que me encargaran tanta tarea-.
Es importante que también compartamos lo nuestro, pues aprendemos unos sobre otros, compartimos nuestras experiencias del día.

2.- ¿Qué podría yo mejorar?

Puede responder, por ejemplo: -que pases más tiempo conmigo papá.- Entonces, respondo: “ gracias por decirme, trataré de pasar más tiempo contigo, a mí me gustaría que
hicieras tu cama en las mañanas”.
Este paso permite a ambas partes reconocer sus emociones y necesidades, así como generar el compromiso de trabajar para mejorar la relación.

3.- ¿Por qué estás agradecido hoy?

Puede responder por ejemplo: – por mi mamá que me quiere mucho.-; e igualmente permitirle que nos pregunte y responderle.
Se trabaja la gratitud, la empatía y conciencia hacia los demás.

Este ejercicio ayuda a trabajar el vínculo y permite tanto a ellos como a nosotros traer a nuestra conciencia lo que vivimos en el día, lo que nos agradó, lo que no nos agradó y por
qué, para trabajar en nosotros; es un pequeño ejercicio en el que APRENDEMOS sobre nosotros mismos y nuestros hijos; REFLEXIONAMOS sobre lo que nuestros hijos necesitan de nosotros y tal vez no sabíamos y viceversa ellos con nosotros; así como AGRADECEMOS, ya que a pesar de lo bueno o lo malo que pudo suceder en el día,
reconocemos lo mucho que tenemos como familia y como individuos en el mundo y ambiente que nos rodea.

Por Lulú Huesca- Psicoterapeuta infantil
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