Tal vez a las personas a las que les reprochaste no haberte advertido antes sobre los perks of being a mom te contesten “te lo dije”, pero como era un tema que “ni de chiste te iba a pasar dentro de los próximos dos años”, hiciste caso omiso y la información de suma importancia te la terminas pasando por el arco del triunfo o simplemente lo olvidaste… y hablando de olvidar…
¿Cómo te sientes con tu cerebro nuevo mami? Sí, yo ya no retengo ni la información, ni la orina.
Se pierde la razón, para ganar co-razón.
¿Te acuerdas cómo te desesperabas con tu mamá cuando te decía ‘pasame el deste que está arriba de la desta’”. ¡Bienvenida al club! ¿Quién lo iba a decir?
Científicamente hablando, al ser mamá pierdes materia gris para dar lugar a lo emocional y así ponerte en el lugar de tus semejantes. En otras palabras, te vuelves extremadamente sensible y empática, sobre todo con tu bebé.
¿Qué plan? ¡Olvídalo!
Todos dicen que es maravilloso que las personas te vayan a ver al hospital con el nuevo miembro de la familia, pero la verdad es que en mi caso, fue una cesárea (a mi gusto) innecesaria y sientes dolores y ciertas incomodidades que resultan aún más desagradables frente a los invitados, así que escoger la suite o la habitación normal del hospital es tu decisión, solo recuerda que tus planes sobre el parto podrían cambiar.
La lactancia
En este aspecto me considero suertuda porque Rafa nunca me lastimó los senos y lo único que me costó fue alimentar a mi bebé en público. El pudor pudo más, pero también el verano, así que llega un momento en que rompes los tabúes porque lo primordial es alimentar al pequeño.
“Nombre, al tercer mes de que le des pecho te vas a chupar y quedarás delgada”, así lo dijo una mujer de 45 kilos que subió sólo nueve kilos en su embarazo y los expulsó al mismo tiempo que a su placenta, a otra mujer que subió 25 y apenas comienza a bajarlos después de un año (yo). Ten en mente que cada cuerpo es una complexión y cada mujer es diferente. Yo me inflé más durante la lactancia, a veces pensaba que Rafa soplaba en vez de succionar. Me dio antojo de todo tipo de carbohidratos y me daba más hambre que a un adolescente en clases de natación.
Tú déjate llevar sin tapujos y come lo que tu cuerpo te pida… al final la biología es muy sabia y ya tendrás tiempo de bajar.
Guerrera
Debo darle todo el crédito a mi marido, que cuando me vio recién parida, con estrías y kilos extra, sus palabras fueron las siguientes: “wow, esas son heridas de una guerrera”. Por más de que bajes, no volverás a ser la mamacita de tu luna de miel… ¡eres una versión guerrera mejorada!
Lo vas a amar más que a tu propia vida, decían, yo pedía mi vida de regreso. La depresión postparto es un tema. Le pedí de favor a mi mamá que se llevara al bebé hasta que cumpliera uno o dos años, al ginecólogo, bastante molesta, le supliqué que lo regresara a su sitio. Finalmente me di cuenta de que necesitaba ayuda cuando desee no hacer absolutamente nada por mi bebé en caso de que tuviera una dificultad, pues mi mayor anhelo era volver a mi vida romántica, solos mi marido y yo.
Como mamá tienes derecho a desesperarte, sentir y verbalizar, pero nunca olvides abrazar, besuquear a tu crío y recordarle cuántas veces sea necesario que lo amas y que lamentas haberte enojado.
¿Por qué a ti te dio y a nosotras como si nada? ¿Por qué tuviste cesárea y todas nosotras parto natural? La típica pregunta de todas las féminas en la familia. Bueno, cada bebé tiene su historia de cómo venía enredado o como el doctor prefiere cuchillo que mano.
Lo que sí es importante, es asesorarte con mamás como tú, escuchar pero no hacer tuyas sus propias historias, llenarte de información y desechar aquello que no te lata. Al final ser mamá es puro instinto y corazón. Es un trabajo de tiempo completo en donde no te puedes echar para atrás.
¡Déjate ayudar, no te hagas la mártir!
De pronto mi esposo evolucionó un súper poder de empatía hacia mí y se lució regalándome dos días a la semana en los que se llevaba a Rafael a la guardería para que yo pueda sentir paz mental y hacer vueltas, sin retrasos por culpa del pañal o las idas al asiento trasero para dar pecho.
El estado ideal zen duró un día, puesto que no pude volver a mandar al pequeño a la estancia porque le dio gripa. Sí, es normal que los niños se enfermen cuando entran en contacto directo con seres de igual tamaño.
De pronto te das cuenta de que tu vida laboral volverá a ti cuando cumplas 45, el niño no dependa más de ti y además aporte al hogar, por lo que la economía familiar se estabilizará ya sin necesidad de pañales, fórmula y medicamentos. No te creas… ya habrá tiempo.
Hay noches en las que no podrás dormir e incluso salir, porque no tienes ayuda de tiempo completo o porque no puedes dejar al lado el monitor. ¿Ya desarrollaste poderes de bruja? Seguramente ya experimentaste que con voltear a ver el monitor, tu bebé se levanta en automático, cual Drácula en su ataúd. Evita el contacto ocular con tu monitor en todo momento.
Finalmente, el mejor consejo que me han dado te lo quiero compartir y ojalá nunca lo olvides mamá primeriza: “Un hijo llega a tu vida para adaptarse a ti, no para que tú te adaptes a sus planes”.
Relájate y disfruta de todas las imperfecciones que conlleva ser mamá, ya que vale completamente la pena. La llegada de un nuevo miembro de la familia es el complemento y compenetración de las parejas que la conforman.
Por Karla Paredes