Uno de los factores que ayudan a la familia a tener estabilidad es la armonía conyugal. Y el principal motivo de ser, es crecer en el amor, si éste pierde lozanía luego se cree que hubo engaño. Si no luchamos para que el amor subsista, decrece.
El amor está en los detalles pequeños. Traer flores cuando no es un aniversario, sorprender con un platillo delicioso, decir con ternura “te amo”, no tiene final el saber sorprender. Cuando uno no tiene capacidad de sorprender, van mal las cosas.
La palabra hogar viene del lugar donde se encendía fuego, a cuyo alrededor se reunía la familia para calentarse y alimentarse. Hogar significa que hay ante todo calor humano.
En una chimenea hay un fuego grande, pero después de cuatro horas quedan sólo cenizas. Les toca a los dos cónyuges poner leña en el fuego.
Si se apaga uno le pregunta al otro: “¿Tú le echaste leña”? -Yo no. “¿Y tú?”. Tampoco. Entonces, no extraña que no haya fuego.
Montse Maluenda explicaba: Cuando uno está recién casado, la leña está cerca; luego está lejos o hay que ir a cortarla entre dos.
A medida que pasa el tiempo, la atracción sexual decrece y aumenta el amor de amistad. Hay muchas cosas en común. Y ese amor de amistad crece con los años si no se le deja morir.
Lo que más nos gusta a los humanos es lo normal, lo ordinario. Si conocemos a un artista de cine, luego nos interesa qué hobbie tiene: hacer pasteles, cuidar las plantas, hacer tal deporte.
Los reproches van contra la armonía; es mejor decir las cosas en el acto y luego olvidarlo, y no hacer una lista de reproches. Hay que decir las cosas poco a poco, no como una manguera a presión.
¿Qué hacer para que el amor permanezca? Él tiene que tener prestigio ante ella y ella debe de tenerlo también, ha de haber una admiración mutua. Prestigio basado en una riqueza interior que dar a los demás. Cuando más sufre una persona es cuando menos habla. Es el momento de intuir qué le está pasando.
Cuando el valor de la fidelidad se empieza a poner en duda, se empieza a desmoronar. Se nos ha acabado el tiempo de la mediocridad o somos familias fuertes, sólidas o se destruirá a través de la manipulación.
Si hemos enriquecido la parte interior, podremos subsistir. ¡Que siga el prestigio y la capacidad de asombro de uno y otro! Al final ya será más largo el pasado que el futuro.
Sinceridad no es decirlo todo, sino lo que hay que decir. Sinceridad es no mentir, no encubrir, no disimular. Las mujeres necesitamos que nos demuestran que nos quieren y demostrarlo.
La entrega y la generosidad en muchas ocasiones implican espíritu de sacrificio.
Para estudiar cualquier carrera hay que sacrificarse, el matrimonio no es una excepción de lucha y eso lleva hacia la felicidad.