El hombre y la mujer experimentan la llegada del primer hijo de una manera muy diferente, el matrimonio se modifica y la dinámica en casa también. Te presentamos consejos y reflexiones para hacer de esto un cambio que fortalezca la familia que están formando
¿Qué pasa con la pareja después de tener el primer hijo? Desde que ambos descubren que tendrán un bebé, nace un sentimiento que crece en nueve meses exponencialmente, una idea de amor, alegría, complemento, curiosidad, responsabilidad, dudas, miedos, ideas buenas y malas…
Lo van compartiendo en pareja, pensando ¿Cómo será nuestro hijo o hija? ¿Cómo seremos de papás? ¿A quién se parecerá?
Sin embargo, la mamá, como es la más íntimamente vinculada con el nuevo bebé, investiga más, indaga más, queriendo tener toda la información posible para esta nueva aventura y para tratar de ser una madre perfecta.
Y el hombre, la mayoría de las veces es más cuadrado, menos curioso, él sigue con su vida normal de trabajo, amigos, familia, pues no tiene ni los achaques, ni las molestias, ni los cambios hormonales, ni esa pancita que va creciendo cada mes.
Y sí, tener un bebé te cambia la vida, pero también te cambia la pareja, la dinámica, el estilo de vida, los horarios, las actividades, las costumbres, la comunicación, las expresiones de cariño y de amor entre los esposos.
Todas podemos pensar que nuestra situación fue rara, diferente, no todo color de rosa. Pero platicando e investigando, descubrí que TODAS LAS MAMÁS SIENTEN LO MISMO, en esta situación.
Nos sentimos otro ser, nos sentimos como si estuviéramos fuera de nosotros, nos desconocemos, nos olvidamos…
Con toda la razón del mundo, pues trajimos una nueva persona, un ser humano indefenso, pequeñito, dependiente al 100% de nosotros, y eso es suficiente para entregarnos ciegamente a nuestro bebé, tratamos de que esté perfecto, que no tenga hambre, que no tenga frío, que duerma lo suficiente, que no le duela nada, que esté feliz.
PERO… ¿Qué pasa con la pareja? Se nos puede olvidar las 24 horas del día.
Expertos señalan que el hombre se siente “destronado”, ignorado y en un segundo o tercer plano, pero no porque las mujeres lo hagan conscientemente, simplemente porque otra persona ocupa la mente de la mamá 24/7.
Al ser ambos nuevos en este mundo y primerizos, desconociendo muchos de los temas de bebé, necesitan OBLIGATORIAMENTE darse un tiempo en pareja, platicar qué es lo que sienten, cómo se pueden apoyar mutuamente pero, sobre todo, quererse mucho y demostrarlo.
Es evidente que es una nueva etapa, que la mamá está sumergida en una licuadora de hormonas después del embarazo y que todo está “patas pa’ arriba”, entonces… ser el hombre de la casa puede resultar complicado en esta etapa porque muchos papás no saben ni cómo abordar a la mamá sobre la manera en que pueden aligerar las tareas del bebé. Pero, hombres… ¡atrévanse a preguntar!
Ojo, no es ¿Cómo o en qué te ayudo?, es más bien ¿Cómo nos repartimos las tareas y los roles con el bebé y con la casa?
Porque, haya sido parto o cesárea, la mamá –en cuarentena– aún se siente muy cansada y adolorida, por lo que las tareas del hogar se vuelven más complicadas, ahí es donde entra la pareja a aligerar la carga y repartirse las tareas.
Para los futuros papás y los primerizos
Mi mayor recomendación: Siempre, siempre, HABLEN. No es saludable ni mentalmente, ni emocionalmente, guardarse ideas o pensamientos que quisimos expresar, cuidando las formas, respetándose mutuamente, pero siempre abrirnos y decirlo, pues a la larga, si no se expresa, comienza una frustración que luego puede ser peor.
La comunicación, por más simple que sea, hay que trabajarla, todos los días y a todas horas, no hay calificación, no hay ni buena ni mala, es simplemente expresar, sin juzgar, ni entrar en el egoísmo, saber escuchar.
Dedíquense un tiempo a solas para que ese vínculo que ha cambiado por el bebé, no se rompa, que se evite que la relación se enfríe más.
Ser tolerantes y empáticos, pues la mamá ahora vive un cansancio muy diferente y el papá extraña la atención de antes. Entonces, platíquenlo y lleguen a un punto de equilibrio en donde puedan compartir más cosas, tanto del bebé, como de tiempo de calidad entre ustedes, recuerden que los hijos, un día se irán a sus proyectos, planes, formar su familia, pero la pareja es la que siempre prevalece, por lo que es muy importante tratar de no descuidarla en la manera de lo posible.
Esta etapa es pasajera, pues conforme pasan los días, ese primer hijo ya forma parte de la nueva rutina y la nueva aventura de los tres, complementando y dándole un toque diferente y muy especial a la familia.
Siempre háblense con cariño, con respeto, con empatía y tolerancia, y si hay momentos de estrés o desesperación, encuentren el momento ideal en el que no esté el hijo, pues no es sano que esté presente en una discusión o momentos de tensión.
Hablen con madurez, enlisten lo que les molesta y lo que les gusta de su pareja en esta nueva etapa para poder llegar a un punto de equilibrio en el que estén ambos felices y puedan disfrutar al máximo de este nuevo capítulo de ser papás, que es una bendición y un regalo del cielo que recarga de amor, un amor que nunca podremos explicar, pero es infinito.
Por Anilú Treviño