Cada vez es más frecuente que los matrimonios se disuelvan, pues encuentran en el divorcio una solución rápida a la incompatibilidad que dicen tener con su pareja, la cual muchas veces es sólo falta de comunicación.
Cuando hay problemas una buena solución para restaurar la relación, aconsejan los especialistas, es acudir a cursos de Consejería Matrimonial.
La psicóloga Rosario Garza Hernández comenta que “cuando la persona ya no se siente a gusto con su pareja y siente que ha cambiado, que ya no es lo mismo que antes, que ya no se sienten las cosas igual, que ya es más pleito que diálogo en paz lo que hay en casa, quiere decir que ya hay un conflicto y se necesita ayuda”.
Algunos de los primeros factores que contribuyen a detectar que se requiere de este método, similar a una terapia, es cuando hay desacuerdos o fricciones a raíz de cambios en la familia, por ejemplo en la economía o con la llegada de los hijos.
Así pues se les exhorta a los involucrados a mejorar su comunicación, a recobrar el amor mutuo, a perdonar los errores y, sobre todo, tener disposición de continuar juntos.
La doctora explica que a diferencia de lo que se cree, “el matrimonio no es el final del camino”, sino que requiere de un constante entendimiento de que no lo sabemos todo sobre la otra persona, pues “el noviazgo es algo muy básico, que no te prepara por completo” para este segundo paso.
Además recalca que es importante comprender que “no existe el matrimonio perfecto y necesitamos aprender a solucionar los problemas”.
Por su parte, el abogado Víctor Hugo Valdez Ramírez revela que con el divorcio incausado, estos procedimientos legales se han incrementado en los últimos años, pues “las parejas han encontrado en ese tipo de divorcio una salida y ya no buscan fortalecer el matrimonio, no buscan una solución, no buscan dialogar, sino que se van a una salida fácil”.
Ambos profesionistas, consideran que desgraciadamente el concepto de vivir toda una vida con alguien se ha ido desvirtuando y que aunque se podría pensar que el divorcio es la respuesta ante los problemas, eso es erróneo, pues por lo regular se genera más problemática.
Cuando hay hijos de por medio, suelen ser ellos los más perjudicados, ya que “desafortunadamente cuando se empieza con un proceso de divorcio, prácticamente se convierte en una lucha de poder, ‘yo voy a poder más que tú, no, yo voy a poder más que tú’ y se olvidan prácticamente de los hijos”, agrega Valdez Ramírez.
En muchas ocasiones, esto también se ve reflejado en el bienestar y desempeño escolar de los menores debido que al ver la situación de conflicto que se vive en casa, suelen estresarse o preocuparse y eso causa que se depriman, se vuelvan inseguros y bajen su rendimiento académico.
De acuerdo a la psicóloga Garza Hernández, los principales problemas entre los cónyuges surgen por una mala comunicación, la existencia de violencia o alguna infidelidad.
Sin embargo, con una adecuada consejería matrimonial la gran mayoría de las parejas logra restaurar y transformar su relación en enlaces más fortalecidos, firmes y seguros.