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Cada vez son más las actividades y acciones intergeneracionales. Involucrar a nuestros mayores fortalece los lazos familiares y permite la transmisión de valores, cultura y tradiciones en la sociedad.

Si los jóvenes supieran, si los viejos pudieran… a mi familia y a mi nos gusta mucho el futbol. Algo que siempre me ha llamado la atención es que las más grandes leyendas al terminar su carrera como jugadores llegan a liderar equipos como directores técnicos. Ellos ya no juegan pero sus estrategias de juego y jugadas estrella combinadas con la vitalidad, talento y entusiasmo de los jugadores son ahora lo que llevan al equipo a las victorias. Esta misma dinámica sucede cuando en nuestras familias y en nuestra sociedad dejamos que nuestros adultos mayores y jóvenes convivan y se complementen con sus fortalezas.

Durante el mes de agosto estuvimos conmemorando un importante concepto que abraza está idea de colaboración, unión y asistencia mutua entre generaciones: la solidaridad intergeneracional.

Este concepto que es relativamente nuevo ha permitido que la sociedad sea cada vez más consciente del potencial que tienen las interacciones intergeneracionales en la transmisión de valores y normas sociales; la reproducción de la cultura, la historia y la identidad; la prevensión y reducción de prejuicios y la discriminación en torno a la edad y la creación de vínculos afectivos que fortalecen a toda la familia (Loyd, citado en Rodriguez & Vidal, 2015).

Además, buscar estas interacciones no solo en nuestras familias sino en nuestras comunidades permiten también un envejecimiento activo de las personas el cual es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. Es permitirles mediante diferentes oportunidades alcanzar su potencial de bienestar integral a lo largo de todo su ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades.

“… el término ‘activo’ se refiere a la participación continua de los adultos mayores en forma individual y colectiva, en los aspectos sociales, económicos, culturales, espirituales y cívicos y no solamente a la capacidad para estar físicamente en lo laboral o participar en la mano de obra”, según la OMS.

Desde talleres, cursos y actividades de servicio social intergeneracionales hasta políticas que aseguren estas interacciones dentro de las agendas municipales o centros de trabajo pueden representar grandes pasos hacia esa solidaridad intergeneracional.

En la familia hay muchas maneras de involucrar a nuestros mayores y permitir este intercambio entre generaciones. En la mayoría de los casos los abuelos o adultos mayores en nuestras familias se sienten satisfechos al poder acortar los tiempos que los niños pasan en la guardería mientras están bajo su cuidado o se sientan más activos y validados cuando en su jornada realizan su papel de abuelo, cuidador y educador. Y en ocasiones especiales se pueden desde aprender y cocinar recetas juntos, enseñar a nuestros abuelitos a jugar en el celular o subir historias en las redes sociales y hasta organizar una entrevista para preguntarles a ellos cómo se divertían de niños o conocer un poco más de sus sueños y proyectos de vida. Lo importante es compartir y disfrutar juntos nuestras.

Aprovechemos este tiempo en casa para conocernos mejor, compartir y disfrutar juntos las fortalezas de cada generación.

Referencias

Infamilia. (2020). Análisis Comparativo Centro Intergeneracional «Marco Heriberto Orozco». Recuperado el 2021, de Instituto Municipal de la Familia de San Pedro Garza García: https://infamilia.sanpedro.gob.mx/estudios/

Rodríguez, M. C., & Vidal, C. (2015). Solidaridad intergeneracional: jóvenes y adultos mayores en estrecha colaboración. Recuperado el 2021, de Prospectiva: Revista de Trabajo Social e Intervención Social: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5857456

Por la familia y la ciudadanía

Infamilia San Pedro es el primer instituto en su tipo en México y se convirtió en pionero en América Latina, desde que fue creado en 2005. “su función es que todo programa, acción y proyecto de la administración municipal se desarrolle bajo la perspectiva de familia. Porque la solución está en la familia”, así como diseñar, proponer y evaluar “las estrategias y las políticas públicas que tengan como fin fortalecer y desarrollar a la familia como elemento básico de la sociedad”.  

Conoce más sobre este organismo en: www.infamilia.gob.mx

 

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