Llegó el invierno y con él las vacaciones de esta temporada, festividades decembrinas y con la víspera de un nuevo año, entramos –en sí– en una época en la que se refuerzan los lazos familiares y amistosos, así como se insta a la reflexión, agradecimiento, empatía y resiliencia. Sobre todo porque seguimos con los estragos derivados de la pandemia y porque la humanidad es otra.
Te recomendamos los siguientes consejos para que puedas poner en práctica –más– tu capacidad de ser empático y resiliente.
- “Entra” en la mente del otro. Antes de juzgar una mala actitud, humor o comportamiento, piensa que esa persona –tal vez– está pasando por algo sumamente difícil o doloroso. Ponerse en sus zapatos y hasta darle palabras de apoyo o una sonrisa, puede aminorar por lo que está pasando.
- Respeta, siempre respeta. A veces las emociones provocan que digamos o hagamos cosas de las que después nos podemos arrepentir, pero no permitas que ello cruce la línea del respeto.
- Agradece los obstáculos. Es muy complicado poder ver el lado positivo de algunas situaciones y retos de la vida. Pero reflexiona y piensa que todo tiene una razón de ser y que los malos momentos nos recuerdan lo que más vale y lo fuerte que somos.
- Sé paciente contigo mismo. No siempre estamos en el mejor momento y somos nuestros peores jueces. Date un respiro y sé paciente y benévolo con tu lado más vulnerable.
- Permítete sentir. Cuando algo duele, molesta o cuesta, lo primero que hacemos es bloquear ese sentimiento –negativo– e intentamos boicotearlo para salir de ese tornado de emociones, pero el permitirnos sentir –lo que sea– es enfrentarlo y con eso se puede procesar y superar.