El planeta requiere el cuidado y cariño de todos, sobre todo de los más pequeños, pues ellos son el futuro y serán también los padres que inculcarán a sus hijos con hábitos medioambientales.
La Tierra es el hogar de los seres humanos y, al fomentar hábitos que cuidan el medio ambiente, también se forma a los hijos y generaciones del mañana con otros valores y virtudes que los harán personas de bien y seres que vivan en sustentabilidad y empatía con quienes los rodean y con el planeta.
Desde cuidar la naturaleza, aprovechar los recursos y proteger el mundo en el que vivimos, es responsabilidad de los padres que los pequeños (niños y adolescentes) valoren y aprendan a cuidar el medio ambiente.
Y, como en todo, la clave está en hablar con ellos, escucharlos, hacerles entender, tener paciencia y con cariño explicarles los beneficios de tener estos buenos hábitos en favor del cuidado medioambiental.
Empezando por el respeto y amor por la naturaleza y el planeta, se pueden ir estableciendo cambios y acciones, desde la casa.
Como menciona la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI) en la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), “son pequeños cambios que valen mucho”, entre los que destacan acciones como “Reciclar es divertido. Reciclar se puede convertir en un juego si le enseñas a tu hijo que cada cosa se debe tirar en un cubo de diferente color dependiendo de su composición”.
Así como cuidar el uso del agua, “Cierra el grifo y ahorra agua. El ahorro de agua es fundamental para proteger el medioambiente. Es mejor ducharse que bañarse y si te lavas los dientes o abres el grifo, recuerda cerrarlo siempre (…) Los papeles a la papelera. Enseña a tu hijo a tirar los papeles a la papelera y no al suelo. Tendrás que explicarle que es por mantener el entorno limpio, para poder reciclar y para proteger los árboles”.
Y otra acción fundamental es la de apagar la luz, de acuerdo a la AMEI, “muchas veces nos movemos por la casa encendiendo todas las luces de las habitaciones por donde pasamos. No olvides apagarlas y ahorrarás luz”. Sin olvidar algo tan simple como compartir juguetes, “Cuando tu hijo no use más sus juguetes, enséñale a regalárselos a otro niño y de esa forma darles una nueva vida” o que las plantas no se arrancan y se cuidan, “Es importante que los niños aprendan que las plantas son seres vivos y, por lo tanto, no se pueden pisar ni arrancar, sino que hay que protegerlas y cuidarlas”.
Respetar su alrededor y mantener las calles limpias y sin daños es muy importante, “Tus hijos deben aprender que todas las cosas que vea por la calle son de todos nosotros y que, por ello, debe respetarlas y no dañarlas”.
Pero, sobre todo, dice la AMEI y la ACNUR, respetar a las personas, “no solo se trata de respetar la naturaleza, sino también de respetar a todas las personas que nos rodean”.
Cada acción, cambio e intención para el cuidado del medio ambiente hará que los hijos vayan desarrollando valores y virtudes que aplicarán –y agradecerán– durante su vida adulta.
Todo comienza en el hogar, en nuestra casa y –por supuesto– nuestro planeta.
Los pequeños y su planeta
Conforme adopten y pongan en práctica hábitos para el cuidado del planeta y de las personas que habitan en él, los niños empezarán a disfrutar las acciones sustentables y verán el potencial y la buena repercusión que esto tiene. Aquí algunas ideas para comenzar o reforzar los buenos hábitos:
- Respetar a los seres vivos
- Reutilizar y reciclar
- Aprovechar los recursos y alargar la vida de los mismos
- No gastar el agua
- Cuidar el uso de la luz en casa y en donde quiera que estén
- Evitar desperdicios de todo tipo
- Hablar del tema y hacerlo de forma divertida
- Ser consciente del cuidado del medio ambiente
- Elaborar un calendario de acciones que vayan más allá de cada hogar