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No es lo mismo y aunque el ejemplo empieza en casa, hay un largo camino que recorrer para tener un México –y mundo– con conciencia medioambiental. Se necesita dejar de desinformar y hace falta educación académica enfocada en crear valor para los recursos.

“Lo que oigo, lo olvido; lo que veo, lo recuerdo; lo que hago, lo aprendo”  Proverbio Chino

Sorprendimos al planeta. Los humanos tardamos 200 mil años en poblarlo con un billón de habitantes y en solo 200 años más somos 7.8 billones de personas los que consumimos sus recursos. Más habitantes, más consumo, por supuesto. Con este ritmo de vida necesitaríamos varios planetas para sobrevivir si quisiéramos dejar el planeta intacto, es decir, si la opción fuera habitarlo sin tocar sus recursos naturales. 

Preservar es una buena intención, pero pensándolo un poco mejor, es también improbable. Todo lo que consumimos en la vida cotidiana proviene de algún recurso natural: la piel de tu auto, el producto del cabello, el alimento del día, los medicamentos. ¿Podrías vivir sin ellos?

Pero tenemos otra opción: conservar, que no es lo mismo que preservar. Conservar es el uso y manejo sustentable de recursos naturales, mientras que preservar es dejar los recursos como están y no hacer uso de ellos. El primero nos permitiría coexistir con el entorno, pero requiere acción de nuestra parte, acción que solo sería sustentable a largo plazo si es capaz de generar valor ¿(económico)? Porque los subsidios y proyectos altruistas inspiran, pero desafortunadamente sólo generan resultados en el corto plazo.

Acciones que transforman

En RIISA reciclamos 200 millones de botellas de plástico, 170 millones de latas de aluminio entre otros productos cada mes y aunque esta acción nos llena de un sentimiento de complacencia y emoción, sería imposible continuarla si no generara valor a la empresa.

Si no fuera por el plástico aún estaríamos por inventar las comunicaciones (cables de conducción eléctrica), las computadoras (componentes ligeros electrónicos), los avances médicos modernos (aparatos, herramienta y equipo), los principales medios de transporte (componentes ligeros), higiene (empaque de productos). 

Sin embargo, a 113 años de su descubrimiento, lo que nos ha traído grandes beneficios a la humanidad, –salva vidas, soluciona problemas y genera bienestar– ahora nos damos cuenta que también hace justo lo contrario. El plástico está ahogando el planeta con un material que se fabrica y se desecha sin rehusarse. Todo el plástico que se ha hecho hasta hoy, todavía existe en la tierra, ¿Reciclar? Se requiere coordinación de muchos, educación y, sobretodo, acciones que generen valor.

Una botella de plástico (PET) en el suelo no vale nada… muy pocos la recogen, pero un camión repleto de pacas de botellas de PET, ¡mantiene familias completas! Entre más volumen, mayor valor. El pepenador después de todo un día de trabajo apenas si llena un costal de botellas lo entrega al centro de acopio de la esquina que cuenta con una camioneta y éste –que tiene una prensa y línea de selección– recibe el material de varios pepenadores y entrega el producto al reciclador de la colonia es este último quien acumula unas cinco toneladas que entrega a su vez a una planta transformadora en un tráiler. 

Se transforma en hojuela limpia y se vende a empresas que producen botellas, fibra de poliéster y productos de empaque. Si el precio por kilo es bajo, el pepenador opta por otro trabajo que pague mejor y ese día, la cadena de suministro se colapsa. Entonces, ¿entre mayor pobreza en un país más separación y reciclaje? En México se estima que 6.5 de cada 10 botellas se reciclan, mientras que en EUA solamente tres de 10 a pesar de proyectos de recolección locales, programas de canje, más basureros. El valor del recurso activa su reciclaje, más que la educación o la intención. 

Todavía en 2020 el plástico virgen (nuevo) vale más que el plástico reciclado. Cuando esto se invierta, gran parte del problema se solucionará. Pero si hace tanto bien, todos lo deseamos y es nuestra única salida al futuro, ¿por qué las plantas transformadoras y las de envases prefieren el plástico nuevo sobre el reciclado? 

Como consumidores queremos nuestro producto en un envase llamativo y no estamos dispuestos a ceder. ¿Cuántas marcas de agua embotellada hay en un anaquel? Todas pelean por ser las favoritas para el consumidor, pero el consumidor paga por el envase atractivo, no por el que se recicla. Además, la planta procesadora emplea menos recursos en producir PET con material virgen que con reciclado. (El material reciclado contiene mínimos contaminantes por lo que eleva el costo de producción). La solución no solamente es reciclar, sino alcanzar el valor adecuado. De otro modo, ¿con qué recurso lo recogemos?

El lema de nuestra Fundación RIISA es “cuidamos lo que amamos, amamos lo que conocemos. Pasa tiempo con tu familia al aire libre, visita parques y bosques, ríos y lagos, camina por las montañas y enséñales a tus hijos a asombrarse con la grandeza del planeta. Disfruta los pequeños placeres de la vida, recoge la botella de plástico del suelo y disponla correctamente, para las nuevas generaciones será más fácil crecer en una cultura de reciclaje, pero sobretodo distingue los productos reciclados en los anaqueles y paga bien por ellos.

Esfuerzo en conjunto 

Qué los gobiernos del mundo se coordinen para exigir a los puntos de venta que cumplan con productos de empaque reciclado en sus anaqueles. Qué los puntos de venta obliguen a sus proveedores a crear envases que no solo sean atractivos, sino también reciclables y fabricados con material reciclado. Qué el consumidor valore más un producto reciclado que un envase atractivo. 

Además del ejemplo en casa, es imprescindible la educación académica del reciclaje y medio ambiente bien enfocadas en crear valor para los recursos. La desinformación ha causado efectos contrarios en algunas campañas pro-medio ambiente porque su enfoque es en contra del aprovechamiento de los recursos y no en su valor. 

Estos son unos puntos básicos de la separación y el reciclaje: distingue un producto reciclable de uno que no lo es; aplasta y separa tu lata de aluminio, nunca introduzcas algún objeto dentro de una botella, si puedes tapa la botella y remueve el líquido antes de disponer de ella, evita botellas con mucha etiqueta, compra botellas azules (son recicladas), separa tus residuos, date el tiempo para desprender las etiquetas plásticas de la botella (esas no se separan mecánicamente). 

Existe tanto contenido ambiental, animal, forestal que merece un curso completo. El medio ambiente, gestión de permisos, manejo de residuos es un tema latente en todas las empresas productoras, es una inversión intelectual. 

Compromiso en favor del medio ambiente
Riisa es una empresa con 33 años de experiencia en la recuperación de materiales, convertimos lo que para la mayoría es desperdicio en riqueza.  Nos especializamos en materiales ferrosos, no ferrosos y pet, contribuyendo a satisfacer las necesidades ecológicas del mundo y a un mayor equilibrio ambiental. Conoce más en: www.riisa.mx

Por Mauricio Javier Llaguno Garza

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