El primer paso para la fijación de límites es el saber decir que no. Para algunas personas, resulta muy difícil saber decir que no, pues en ciertos contextos nos enseñan –sobre todo culturalmente– que es mejor decir siempre “sí”, que debemos estar abiertos a todas las posibilidades, sin importar el escenario.
Decir “No” tampoco es sinónimo de cosas negativas o de connotaciones que puedan afectar al bienestar propio y de los demás (en el mejor de los casos). Negarse a algo es un acto de libertad, de respeto y de amor propio.
Esto debido a que favorece el establecimiento de límites y hasta normas que ayudan a la sana convivencia y a la salud mental ya que, en ocasiones, muchos tienen dificultad para poder delimitar, por miedo a lastimar a la otra persona, al fracaso, rechazo, sentimiento de culpa, para evitar conflictos a futuro, entre otros factores.
Fijar límites
Te presentamos consejos para poder decir que no y para saber fijar límites cuando se necesario y hasta saludable, en todos los ámbitos de nuestra vida:
- Analiza y haz una pausa. Antes de responder o de caer en la dinámica de decir que sí “por inercia”, reflexiona sobre lo que quieres contestar y cómo ello puede alterar lo que quieres dar a entender y lo que te da paz.
- No temas expresarte, es mucho mejor ser honesto, directo y franco. No complicará las cosas, al contrario, probablemente evite un conflicto posterior.
- Escuchar y callar. En una conversación es muy importante saber escuchar al otro, que sea un ejercicio bilateral, en el que se respete la propia opinión y la de la otra persona. Guardar silencio (pese a las emociones a flor de piel) y así poder llegar al diálogo y a un acuerdo.
- Empatía y claridad. Pensar en el otro, lo que puede sentir y su repercusión también es fundamental para saber qué y cómo decirlo.
- Valentía y seguridad. Para poder poner límites es necesario el saber decir que no y el saber hasta dónde, cuándo y dónde nos sentimos cómodos y en disposición en determinada situación. A veces resulta muy difícil darlo a conocer, pero eso hará que la otra persona pueda conocernos mejor y, por supuesto, uno mismo.