Cuando comienza un año, la mayoría se propone objetivos, metas y sueños… pero también es bien sabido que el camino hacia lograr lo cometido es una historia que se puede quedar en una mera intención.
Sin embargo, de la intención a la acción hay un paso y darlo es un aprendizaje para los pequeños del hogar, pues sus padres son su modelo a seguir.
Hay metas sencillas y otras que cuestan tiempo, esfuerzo y dedicación, pero lo importante es que se concreten para que no se queden en un intento.
Fijar –y cumplir– metas
Complementar la vida personal con la laboral –y viceversa– es fundamental para cumplir con nuestros objetivos. Aquí te dejamos unos consejos para alcanzar las metas que te propongas, junto con tu familia:
- Coherencia. Sé coherente con lo que quieres y lo que puedes obtener. Se vale soñar y echar andar la imaginación, sin embargo, es fundamental tener claro lo que se quiere lograr y las dificultades a enfrentar, que en lugar de ser un obstáculo, serán parte del reto a superar.
- Compromiso. Después de dar el paso de proponerse una meta, sigue hacerse la firme promesa de lograrlo, de cumplirlo e inclusive trabajar por mantener el buen resultado que se obtenga.
- Ayuda. Platicar con los demás, sobre todo con la familia, y escuchar sus consejos también será de ayuda para inspirarse y motivarse, todos tienen áreas de oportunidad y en equipo se trabaja mejor y con mayor eficacia, lo mismo sucede con las metas.
- Perseverancia. Evitar las excusas, las distracciones y procrastinar, son los elementos básicos para que la meta u objetivo no se vuelvan una idea efímera y para que no pierdas el entusiasmo. Apunta las metas en una libreta que puedas ver diariamente, e incluso puedes añadir la estrategia o los pasos a seguir para mayor responsabilidad.
- Fracaso. Sí, fracasar es sumamente importante en el camino hacia el cumplimiento de las metas, pues representa enseñanza, aprendizaje y verifica que se está recurriendo al método idóneo rumbo al éxito.
- Planificación. Tener la estrategia es definición, pero el plan de acción es la gasolina que impulsa hacia adelante. El orden de un plan es el aliado de la realización. Dividir los objetivos en pequeñas categorías puede hacer menos pesada la carga.
- Adaptación. Modificar la estrategia será necesario en los casos en los que se presenten obstáculos y cuando se requiera cambiar de parecer y de pensar puede abrir la mente y, con ello, aumentar las alternativas y vías de acción.
- Confianza. La seguridad y la confianza en uno mismo beneficiará para que no se pierda la motivación y el deseo de dar lo mejor de sí en la travesía rumbo al éxito. Cuando obtengas un logro o avances un paso, siéntete orgulloso y satisfecho del trabajo realizado.
- Paciencia. Ser paciente evitará caer en la desesperación y hará que no busques la perfección, sino la satisfacción. Toma en cuenta la psicología y emociones positivas. Tomar las cosas con calma incita a seguir luchando y a levantarse tras caer.
- Constancia. Ser constante hace que las prácticas se conviertan en buenos hábitos que no solo incitan al cumplimiento de metas, también serán las formas con las que se contará para cumplir con los objetivos propuestos por uno mismo.