Juan Luis González es un empresario revolucionario que modernizó un tradicional negocio y que disfruta de su mayor tesoro: su familia. Conoce su historia y su visión entusiasta ante todo
Nacido en Córdoba, España, Juan Luis González es un ejemplo de inspiración, perseverancia y alegría frente a la adversidad. Su entusiasmo se contagia e irradia desde que entra a un aula a impartir clases, a un escenario a dar una conferencia o bien, a cualquier lugar al que va, acompañado de su esposa y sus dos hijas.
Se podría decir que le exprime –como las naranjas que vende– lo mejor de la vida y lo comparte a su alrededor.
Y es que le gusta “todo lo que suene a naranja, porque la vida es eso, unas veces dulce, otras ácida e incluso algunas etapas, algo amargas, pero al final siempre es dulzura”, dice en entrevista para Aventura Familiar.
González es una muestra de que el valor de la familia forja los cimientos en la vida de un ser humano, de hecho, para el empresario andaluz “lo es todo, absolutamente todo. Desde la (familia) que uno crea, la de tus hijos, y hasta de la que uno procede, la de tus padres”.
Y considera que el seno familiar “es un pilar fundamental en la vida de todos y cada uno de nosotros. De alguna forma u otra somos lo que somos por lo que hemos aprendido y vivido junto a padres, hermanos, abuelos incluso primos, que, en mi caso, forman igual parte de mi vida como si fueran hermanos”.
Con mayor ímpetu en la actualidad, pues hemos llegado a un punto en el que el sentido de la familia pasa a segundo plano y “por desgracia, esta forma de ver la familia cada vez más es cuestionada, es una nueva corriente que parece que quiere romper esta forma de vivir”, comenta Juan Luis, quien disfruta cada momento que vive con los suyos, realizando actividades juntos, tales como “ver esas películas donde momentos felices se celebran en familia, en unión y en tiempos tan duros como los que hemos vivido con pandemia y enfermedad, la familia ha sido más importante que nunca”.
Emprender, aprender y crecer
Nunca se deja de aprender y las ganas de aventurarse, crear, adaptarse y seguir siempre pueden ser un impulso, en cualquier etapa de la vida.
En el caso de “JuanLu”, como lo apodan, un giro llegó cuando tenía 40 años y se lanzó hacia un camino de emprendimiento, pues dejó la dinámica de oficina y la dirección de distintas empresas para crear su propio negocio.
Y no uno cualquiera, sino que revolucionó por completo la tradición que yacía en su familia desde 1916: la agricultura.
Así nace Orange3, su empresa y con la que vende naranjas cultivadas de forma tradicional y certificadas como fruta de producción integrada, directamente desde el árbol hasta tu casa. Todo con la inmediatez y los beneficios de la era digital a su favor: las naranjas llegan a domicilio y en un lapso de 24 horas.
Este movimiento suena sencillo, pero fue una decisión compleja y difícil de tomar. “Una cuestión de necesidad. Venía de ‘pequeño susto de salud, un amago de infarto el día de mi cumpleaños’ que me hizo replantearme la vida.
“De ser director de una importante multinacional americana de neumáticos, para España y Portugal, a volver a mis orígenes, al de mi padre, mis tíos y mis abuelos (…) también el deseo por hacer algo diferente, crear algo de valor para las explotaciones familiares y sobre todo hacer marca, comercializar desde el origen, desde el campo. Somos una familia que vende naranjas desde 1916 y personalmente creo que mi responsabilidad era conseguir que la empresa pudiera seguir existiendo 100 años más”, cuenta.
Con el respaldo de una gran carrera y trayectoria profesional, aunado a la experiencia acumulada con los años, González se echó el clavado hacia el emprendimiento “con una visión del mundo de los negocios lo bastante amplia como para montar mi propio negocio”.
Indica que “durante años los agricultores vendíamos naranjas a otros que realmente son los que ganaban el dinero a nuestra costa, los intermediarios. Acortar esa cadena de valor era fundamental para hacer que el negocio siguiese adelante”.
Además, modernizó por completo el método tradicional de la agricultura, algo que brinda un distintivo único a su marca. “He descubierto en estos 10 años y medio de andadura, que los clientes saben apreciar los productos que valen, los que tienen un valor diferencial, incluso están dispuestos a pagar algo más”.
Orange3 es la fusión de la tradición con el comercio actualizado y revitalizado, un referente de los negocios y la digitalización de los mismos, sin perder la esencia que los caracteriza. “Tenemos una carencia tremenda en cómo comercializar, no sabemos vender, y en estos momentos de crisis y penurias, no podemos permitirnos el lujo de que otros se lleven un céntimo de más. Pero en un sector tan tradicional, y básico como el rural, no ha sido fácil. Estamos en Palma del Río, pueblo de la provincia de Córdoba, y donde se encuentran las explotaciones agrícolas. Vendemos a toda la Península en 24 horas y cada vez más tenemos clientes de fuera de España”, puntualiza JuanLu.
Entre sus mayores retos están “evolucionar con los tiempos, con la propia vida, saber adaptarme a cada situación. Si pienso en mi infancia, en la que teníamos poco de todo o casi nada, y donde lo más tecnológico era la televisión y miro ahora todo lo que tenemos, parece que estamos en otro planeta”.
“Por tanto, saber vivir según las necesidades de cada momento es un reto a los dos niveles, no solo para el ‘hoy’ sino también para el futuro”, dice en la entrevista, “‘salmón que se duerme se lo lleva la corriente’, pues toca eso, nadar constantemente y no parar”.
La familia para JuanLu ha sido un pilar en su vida, en todos los sentidos, ya que está presente en las áreas de su faceta como hombre de hogar, agricultor, empresario y maestro. “Mi mayor aprendizaje lo he tenido en casa, en mi padre, por su trabajo y dedicación, su profesionalidad y reconocimiento que le han dado todos los profesionales con los que ha trabajado para llegar a ser un referente, y por supuesto en mi madre, ella es la imagen de una ‘actitud increíble’, una forma positiva constante de cómo encarar la vida, con alegría, siempre sirviendo y ayudando, jamás la he visto quejarse de nada, ni siquiera cansada. Por más que lo quiera explicar es difícil, pero ojalá todos fuésemos igual, seguramente viviríamos en un mundo un poquito mejor”.
Para ir contracorriente en la actualidad se necesita valentía, disposición y ganas de salir adelante, pese a que en el recorrido habrá obstáculos, como los miedos a vencer, “tengo algunos, sobre todo a enfermar, a no tener salud, porque sin esto no tienes nada. ¿De qué te sirve tener de todo si no tienes ni las ganas ni la fuerza para poderlas disfrutar? Es mi mayor miedo, porque todo lo demás está en nuestras manos y a la vida hay que plantarle cara, desde la valentía y no desde el miedo”, recalca.
Estar y seguir en movimiento es vivir, disfrutar y exprimir el jugo a esta naranja llamada vida, a pesar de que en ocasiones lleguen la incertidumbre y las sorpresas, “pufff, ojalá pudiera escribir ahora mismo este guión, sería como el de una película de esas que te hacen llorar una tarde de domingo con una final muy feliz en un a puesta de sol con los naranjos de fondo, pero no tengo ese poder, ahora toca seguir creciendo y formándome. No sólo por mi negocio o las clases, sino porque eso me permite seguir activo y despierto”, comparte Juan Luis.
Actualmente está centrado en el ámbito del neuromarketing y quiere entrar de lleno en el “metaverso”, “algo me dice que son tendencias que vienen a quedarse, y este mismo pálpito lo tuve en el año 1999 cuando hice mi primer curso sobre e-commerce, que sabía que iban a ser el futuro”.
Con la estabilidad que tiene a la redonda, se encuentra firme y confiado en que “no son tiempos para muchos giros, creo que hay que tener el rumbo claro, definido y no salirse mucho de la carretera, pero con la certeza o convencimiento de que lo que haces es lo correcto”.
Dedicado padre e inspirador profesor
Hablar con JuanLu es una inyección de ánimo y entusiasmo y escucharlo al dar una asignatura es un boost revitalizador. Un soñador que descarga energía hasta por los poros… y gran parte de ello proviene del hecho de que su mayor pasión en la vida son sus hijas y sus clases.
“Mis hijas y mis clases me dan fuerza, ilusión y ganas de seguir dando pasos en la vida, porque si no tienes metas o retos por los que levantarte cada día, no tienes nada (…) me hacen soñar muchas cosas, pero de nuevo vuelvo a pensar en mis hijas, en verlas crecer y hacerse mayores, siendo honestas, trabajadoras y sobre todo felices”.
También sueña con “llegar a poder ver a mis nietos algún día llevando la empresa de las naranjas, igual que estoy haciendo yo con lo que nos dejó mi abuelo y que durante 100 años más, la empresa siga en las manos de esta familia”.
En sus clases y en las conferencias que imparte dice que “si a la vida no le pones pasión tú mismo, nadie lo hará por ti”.
“Y la pasión es como gasolina para todo lo que hacemos, es pura fuerza y subidón”, agrega.
Además de papá, empresario y profesor, JuanLu es esposo y, por su trabajo, tiene que viajar mucho, lo que resulta un desafío para el balance entre su dimensión personal y profesional.
“No es fácil, pero tampoco es imposible. Tener tu propio negocio te permite ser dueño de tu tiempo y eso ayuda a la hora de organizarte. Pero es verdad que roba tiempo a tu vida, en especial las clases los fines de semana y fuera de Madrid, que es donde vivo, o tener el negocio de las naranjas a 400 km en el sur de España”, señala González.
Y aconseja a los jóvenes matrimonios y familias: “Buscar un balance entre ambas cosas, porque sin trabajo tampoco hay vida. Pero sabiendo que lo que decidas que sea lo más importante sea de verdad lo más importante, y yo en mi caso lo tuve claro, y es mi familia. Cada uno puede priorizar lo que es más importante. Y disfrutar intensamente del tiempo libre, aunque sea un simple paseo con tu hija de la mano, o unas vacaciones de una semana con toda la familia. Necesitamos recargar la pila de la felicidad, y esto sólo lo puede hacer la familia”.
“La familia para mi lo es todo, absolutamente todo. Desde la que uno crea, la de tus hijos, y hasta de la que uno procede, la de tus padres”, Juan Luis González, Empresario, esposo y papá.
Por María Alesandra Pámanes