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Desde hace algunos años, el carpool o anteriormente llamado “la ronda” o “el viaje” ha sido común entre las familias, ya que se trata de una práctica en la que los padres se apoyan mutuamente para llevar a los hijos a las escuelas –y universidades– con el fin de evitarse molestias o contratiempos como el tráfico y la espera o porque es una forma de poder acomodar la agenda y dinámica en casa.

Pero con el paso de los años y sobre todo en la actualidad, el carpool ha cumplido un objetivo que va más allá y que beneficia a nivel social: cuidar y proteger al medio ambiente porque se logran vialidades más fluidas, se desarrollan más las habilidades sociales, es una aportación para mejorar la movilidad y, además, resulta un gran ahorro de dinero en gasolina.

Pero, ¿qué es la movilidad? En términos coloquiales, es la manera en que las personas se desplazan en la ciudad, tanto en transporte público, automóvil, bicicleta o como peatones. Es tener la oportunidad de movernos de un lugar a otro con servicio de calidad y con la seguridad que merecemos como ciudadanos.

Parte de la movilidad tiene que ver con el nivel de accesibilidad con el que se cuenta, esto significa tener camellones con árboles, rampas, cruces seguros, semáforos en orden, puentes peatonales pero, sobre todo, una cultura urbana en las personas de respeto, pues sin un cambio de mentalidad, difícilmente podremos evolucionar.

Parte de tener una cultura vial significa tener cortesía al momento de ir conduciendo, esto es ceder el paso tanto a autos como a peatones, respetar los límites de velocidad, no tocar el claxon si no es necesario y si solo es por nuestra prisa, NO utilizar el celular mientras se conduce o mientras se cruza la calle y hacer ALTO debidamente. A su vez, transmitir esta cultura vial y de respeto a los hijos y a quienes nos rodean.

Al contar con un automóvil somos responsables del mantenimiento correcto y el hacer buen uso de él, para evitar lo más posible la contaminación y seguir respirando la pésima calidad de aire que tenemos.

Desgraciadamente, nuestro transporte público es muy deficiente y tiene muchas fallas, tanto camiones como el metro y taxis, cuentan con poca calidad de servicio, esto porque malamente, el gobierno no utiliza los recursos públicos suficientes en este rubro, el cual es sumamente importante para que una ciudad funcione mejor.

Lo compartido es mejor

Por todo esto, hay que trabajar y hacer lo mejor posible con lo que tenemos, esto es, utilizar la mecánica del carpool o el auto compartido tanto con nuestros hijos y entre compañeros en las empresas, con acciones prácticas y atractivas para ahorrar tiempo, dinero y aportar el granito de arena tan necesario en este tema.

Existe un grupo interescolar de madres de familia (Green moms) que ya han iniciado un movimiento que fomenta el compartir el auto y no solo esto, sino llevar a los niños y jóvenes al colegio caminando (esto en San Pedro, Garza García, Nuevo León). Este grupo ha organizado prácticas y actividades que favorecen la cultura de la movilidad y la propia salud de los niños y jóvenes al servir esto de ejercicio físico.

Sin embargo, a estos proyectos no se les dio el seguimiento adecuado por parte del gobierno, por lo que se mantiene en pausa porque se requiere mejorar la infraestructura, las banquetas, sembrar árboles y contar con seguridad y vigilancia, para que logre ser una caso de éxito.

El transporte público como prioridad

Una ciudad en donde el transporte público no es atractivo y no cuenta con un buen servicio, no va a ser apta para disminuir el nivel de contaminación ni el flujo vehicular, es por eso que es urgente y necesario presionar a las autoridades para que utilicen los recursos públicos en obras de transporte de primer nivel, siendo una de las mejores soluciones que se han comprobado internacionalmente.

La urbe que no cuenta con la infraestructura para ser peatonal, es una ciudad en donde no se optimiza ni el tiempo ni el dinero, por lo tanto cuesta más vivir en ella, teniendo en cuenta que existe mucha gente sin la capacidad económica para obtener un vehículo y que forzosamente tienen que hacer uso del transporte público, esté en las condiciones que esté, y desgraciadamente, no son las mejores, afectando la calidad de vida de los usuarios.

Es importante saber que debemos de cambiar nuestro “chip” y ver más allá, estar abiertos al cambio. Saber que con pequeñas acciones vamos a ir mejorando nuestro medio ambiente. Si todos nos unimos y compartimos nuestras ideas positivas y las llevamos a la acción para mejorar nuestra calidad de vida y nuestra salud, podríamos disfrutar más de nuestra hermosa ciudad, sus paisajes, sus lugares y su gente.

Entonces, ¿compartimos?

Por Ana Lucía Treviño Villarreal

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